Shrine, un ‘artivista’ californiano en toda regla que anduvo por Quito hasta hace dos días, tiene una forma graciosa, y certera, de describir a los ecuatorianos. Tras un par de semanas de convivencia con la ecuatorianidad dice, sin ánimo de ofender, sinceramente, que los ecuatorianos somos personas que manejamos muy rápido y trabajamos muy despacio.
Cuando lo dice, se ríe y aclara que le gustó mucho la gente con la que trabajó. Shrine es el mentalizador y el artífice, junto a cinco artistas y voluntarios locales, de ‘Empire of Love Wedding Cake’, una instalación construida en su totalidad con material de reciclaje. La pieza, hecha de madera, pedazos de llantas, latas y bambú, y que está en la esquina de la Eloy Alfaro y Amazonas desde el lunes 24, es el motivo central del XI Festival de Arte en la Calle, cuya actividad principal se realizará mañana alrededor del singular pastel de bodas, imaginado y boceteado por Shrine (durante la primera hora que permaneció en el taller donde vivió y trabajó).
Dínamo, el grupo responsable del Festival, busca con este tipo de propuestas “la creación de un museo transitable en el espacio público”. El tema escogido para este año es “despertar de la conciencia planetaria y nuestra relación con la Tierra”.
Entonces, la propuesta artística del californiano calza a la perfección. Desde hace cuatro años, Shrine hace tours alrededor del mundo durante los veranos, ya sea para montar sus obras hechas con las cosas que la gente ha desechado o para pintar murales, más que nada buscando la interacción con la comunidad a la que pertenezca el muro en cuestión.
A la pregunta de si cuando empezó, hace 15 años, tenía en mente abogar por la corrección política, en materia ambiental sobre todo, él vuelve a sincerarse. “No empecé a hacer arte con desperdicios porque sea algo correcto o bien visto, sino porque me gusta ese material, la idea de encontrar cosas que ya nadie usa y darles una nueva vida. Pero resultó que mucha gente está en esto ahora y le gusta mi propuesta porque se está dando cuenta de que reusar cosas es algo que puede servir para vivir más sosteniblemente. A mí eso me permite hacer un trabajo que inspire a la gente”.
Pero no es solo la relación con la Tierra la que mueve a Shrine, también la relación entre personas; de ahí la propuesta de su pieza quiteña. Junto con el performer argentino Nicolás Cambas, idearon lo que se supone pasará mañana alrededor del pastel: la gente lo rodeará formando círculos concéntricos, todos estarán tomados de la mano y de alguna manera esta “coreografía espontánea” simulará un matrimonio colectivo de todos con todos. Se trata de generar entre la gente reunida la sensación de cariño mutuo. “Aunque pueda parecer ridículo”, reconoce Shrine.
La interacción con el público se sostiene también los cuatro letreros que cuelgan de la pieza y dicen: Lo siento, Te perdono, Te quiero y Estoy agradecido. Cuando las personas los leen, Para Shrine es como si se estuvieran llevando un pedazo del pastel.
Quedarse con la idea de que él es un artista que únicamente trabaja con material reciclado (que en la mayoría del mundo consigue gratuitamente en las calles y aquí tuvo que comprar en centros de reciclaje, lo cual le encantó porque eso significa que hay más gente que da valor a las cosas usadas) sería un error. Su búsqueda estética va un paso más allá: “Mi arte no es necesariamente conceptual, aunque sí lo es. Mis obras van en busca de las sensaciones y los sentimientos. Con esta pieza, por ejemplo, busco un cambio en la idea de belleza, porque todo lo que estás viendo es basura, pero igual te puede gustar”.
Este es el punto más fuerte de su ‘artivismo’. Shrine quiere influir para que la gente rompa esquemas. “Ojalá yo esté inspirando a la gente a hacer lo que quiere, a saber que el arte no es exclusivo ni excluyente. Porque no creo en el arte que está arriba y separado de las personas. Si vas por el lado tradicional de lo que es arte, haces cosas que casi nadie va a entender, solo la gente que tiene mucha educación. Todo el sistema (museos, galerías y universidades) está construido para mantener esa exclusividad, para que haya gente que está por encima de otra. Y eso a mí no me interesa. En ese caso soy totalmente un activista”.
El Festival y el artista
Mañana, a las 10:30 y las 14:00 van a realizarse los performances alrededor de la instalación. En la esquina de las avenidas Eloy Alfaro y Amazonas.
Tras su estadía en Quito, que fue posible gracias al apoyo de la Embajada de Estados Unidos, Shrine voló a Nueva York, donde está ahora pintando un mural; luego va a California, a Australia y a India.En diciembre estará en Art Bassel de Miami.
Su trabajo y su trayectoria se pueden ver en el sitio web www.shrineon.com