La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) promueve el proyecto Los colores de la oscuridad destinado a personas no videntes que quieran incursionar en el mundo de la fotografía.
Violeta Montellanos, becaria boliviana de la Flacso y que cursa la carrera de Antropología Visual, es la impulsadora de este proyecto. Ella tuvo su primer encuentro con esta clase de propuestas cuando en México visitó una muestra de un fotógrafo no vidente. Desde entonces, su labor en Ecuador se ha dirigido a trabajar con personas que no pueden ver.
En este año, el taller estuvo compuesto por cinco personas. La profesora de fotografía fue María Fernanda Burneo y Javier Alejandro Darquea (foto) fue uno de los participantes del mismo.
Pero ¿cómo incursionar en el mundo de la fotografía para ciegos? Al cerrar los ojos, uno llega a sentir un mundo lleno de olor, sabor, aroma. Pero, ¿lleno de color? La primera respuesta iría por un no. Esto lo desmiente el trabajo realizado por Javier Alejandro Darquea, no vidente, que fotografía un mundo lleno de luz y color desde la oscuridad de sus ojos.
Desde niño, Javier Alejandro gustaba de las artes. Siempre se vio inmiscuido en grupos artísticos de pintura y música. Pero poco a poco, durante su paso por el colegio, comenzó a perder la vista. Él nunca pensó que sus problemas emocionales (terminar con una novia a la cual amaba mucho) lo llevaría a privarse de la vista. En poco tiempo, su visión se vio tan deteriorada hasta el punto de perderla por completo en el ojo izquierdo y ver solo sombras con el derecho. Pero su tenacidad lo impulsó a seguir en las artes y dedicarse a la pintura, la música, la escritura, y la fotografía.
A lo largo de su vida como no vidente, el trabajo de Javier ha sido muy fructífero. Muestra de esto son los varios premios que ha obtenido como el Concurso Nacional Pintura Fasinarm Guayaquil (1994), Diploma de reconocimiento al mérito artístico Embajada de los Estados Unidos de América, Quito (1996), Trofeo al Talento Poético-El amor en escena Radio Mundial HCJB-Quito 2008. Representante del Ecuador, Exhibición Mundial de Pintura (Libertad de expresión), en Washington DC (1994).
Cuando podía ver, él se dedicaba al surrealismo obscuro: cuadros con fondo negro, colores fríos, escenas trágicas, y hasta tenebrosas, según comenta. “Antes viendo, pintaba cosas negras, oscuras. Ahora mis pinturas son llenas de color, de alegría, de esperanza”, dijo al respecto.
Desde su falta de visión, Javier ha sentido una gran pasión por la música. Ha realizado aproximadamente 50 composiciones que reflejan toda su alegría, tristeza, melancolía, dolor y pasión por vivir la vida a plenitud.
Para tomar una fotografía, Javier toca el lente de la cámara, pregunta cómo está dispuesta la luz y luego, según dice él, cuando siente que el momento ha llegado, toma la fotografía. Según afirma, “nunca sentí tan útil a mi bastón hasta iniciado este taller”.
Javier ha realizado dos exposiciones fotográficas hasta el momento. La primera fue en Morona Santiago, en septiembre del año pasado. En noviembre pasado, realizó en la Casa de la Cultura otra muestra compuesta por siete obras plásticas y 20 fotografías.
Javier señala que “la única discapacidad que nos impide alcanzar los sueños es la discapacidad de la voluntad”.