En dos museos de la capital azuaya se conservan piezas eróticas de las culturas Precolombinas. En el Museo Pumapungo y en el Museo de las Culturas Aborígenes.
En este último ubicado en el Centro Histórico de Cuenca, en una casa que data de hace 100 años y que antiguamente sirvió de establo, funciona desde el 2002 el Museo de las Culturas Aborígenes donde reposan 5 000 piezas de las culturas Valdivia, Narrío, Chorrera, Jama Coaque, Tolita, entre otras.
Según el director de este museo, el historiador y cronista vitalicio de Cuenca Juan Cordero Iñiguez, el descubrimiento de la agricultura y fertilidad hace que cada cultura represente el lado erótico, y se refiere a la cultura Valdivia que exalta los pechos y la zona púbica de la mujer.
En cambio la cultura Puruhá ve una suerte de ritual en el acto de masturbarse y producir semen. La cultura Tolita representa el cortejo, la relación sexual, el embarazo y una colección de falos.
Entre las piezas singulares que reposan en este museo está la denominada Mano de Moler, que está compuesta por una piedra y un falo. Según Cordero en los Museos del Ministerio de Cultura del país existe una gran reserva de estas piezas eróticas, recalca que en Perú es donde mayor vantidad de vestigios de este tipo hay.
En el Museo Pumapungo de la capital azuaya existe una colección de falos que pertenecen a las diferentes culturas precolombinas del país.