En el primer concierto de este año que ofreció la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE), un elemento destacó frente a todo el cuerpo orquestal: la imponente batuta de Andrea Vela.
A las 20:00 del jueves pasado, en el espacio del Teatro Politécnico, arrancó lo que constituye el Festival de Directores de la OSNE, un espacio de conciertos en los que seis directores (cuatro ecuatorianos y dos extranjeros) ofrecerán partituras de lo mejor del repertorio clásico.
En su presentación, la maestra Vela dirigió un concierto de una hora exacta, compuesto por el Vals Masquerade de A. Khachaturian, la Obertura Poeta y aldeano de F. von Suppé y la Sinfonía No. 9, de D. Shostakovich.
Lo que impresionó a varios de los asistentes fue la imponente figura de la directora que con intensos movimientos y una gesticulación constante y potente supo armonizar a cada uno de los elementos de la orquesta.
Su interpretación de las partituras fue otro de los componentes clave de este concierto. Es así que durante el vals y la obertura, Vela no estuvo acompañada del atril, incorporando este dispositivo para el momento de la sinfonía (que fue interpretada inmediatamente después de la pieza de von Suppé, sin dar espacio para un intermedio).
Sobre la parte musical, el solo de violonchelo de Daniel Khachatrian -en la Obertura- obtuvo una larga ovación.
Ya al final de la presentación, los aproximadamente 400 asistentes al lugar no dejaron de felicitar a los músicos que en su interpretación reflejan el intenso ritmo de trabajo al que fueron sometidos durante el proceso de selección de su director titular.
Para esta semana, los músicos estarán frente a un nuevo reto: L. H. Salgado. Interpretarán uno de sus conciertos y para ello serán divididos en grupos para lograr los sonidos del compositor.