El año próximo se cumplirán 40 años de la publicación de Miedo de volar, novela que vendió 18 millones de ejemplares en todo el mundo y se considera uno de los puntos de referencia de la liberación sexual femenina.
Cuando lo escribió Erica Jong tenía 30 años: ahora llegó a los 70, está por su cuarto matrimonio y, entretanto, publicó muchos otros libros y repensó varias veces aquel que la hizo famosa cuatro décadas atrás.
Sin embargo su famosa “zipless fuck” (una relación sexual sin ataduras) sigue siendo un tópico de los años 70 y de la lucha por la independencia de las mujeres.
“En la verdadera ’zipless fuck’, en la de primera categoría, no se llega nunca a conocer al hombre. Otra de las condiciones esenciales de esta relación es la brevedad. Y también el anonimato: el anonimato es lo máximo. La ’zipless fuck’ es lo máximo, es absolutamente pura. No tiene motivaciones recónditas. No hay juegos de poder”, afirma el libro.
Por discursos como este Miedo de volar fue visto como el primer libro escrito por una mujer que habla de sexo como un hombre.
Pero en realidad es la historia de un recorrido personal no fácil, mediante una serie de relaciones amorosas, en las que Jong refleja en parte su propia experiencia.
Sus primeros dos matrimonios, con su compañero de Universidad Michael Werthman y con Allan Jong, un psicoanalista norteamericano de origen chino, tienen muchos paralelos en la novela.
Miedo de volar es la historia de Isadora Wing, una treintañera infelizmente casada con un analista freudiano chino, que durante un congreso en Viena conoce a Adrian, un psicoanalista inglés, hippie y libertino.
Con él, que le cambia la vida, la joven huye por Europa en busca de sí misma con el objetivo de superar su miedo de volar, que tiene un fuerte valor metafórico.
Dos novelas que Jong escribió después de ese éxito,
“How to Save Your Own Life” (1977) y “Parachutes & Kisses” (1984), abordan nuevas etapas en la vida de Isadora, ya rica y famosa, con una existencia amorosa liberada. Tras los sueños de los años 70, Isadora se instalada en su condición de mujer sola emancipada y frenéticamente dividida entre una hija, muchos amantes y una sexualidad sin fantasmas. Pero el amor y la confusión sentimental están siempre al acecho: será un muchacho mucho más joven quien la lleve a poner en duda sus convicciones. Sin embargo, con “Any Woman’s Blues” (1990) buscó una perspectiva distinta: Leila Sand, artista de fama mundial, buscó salida para su angustia en la droga, en muchos amantes y en el vagabundeo por el mundo, pero también en el matrimonio y la maternidad.
Al final se vincula con un hombre más joven, que la arrastra a frenéticas sensaciones amorosas pero sin conseguir evitarle un sentimiento de vacío y traición.
Leila comprende que debe salvarse a sí misma sin renunciar a su vena erótica y creativa, iniciando una odisea sexual y espiritual que la llevará a una nueva conciencia de sí misma, al redescubrimiento de una sufrida serenidad y una vida más equilibrada.
Son años en los que Jong declara ya no estar interesada en la
“zipless fuck” que la hizo famosa.
Así en “Fear of Fifty: a midlife memoir (1994)” afirma que la liberación de la mujer se produjo solo a medias y que el problema es la falta de solidaridad femenina y el no resuelto problema del cuidado de los hijos, porque “no son los hombres el problema”.
Asegura, además, que llegó a comprender que a una cierta edad “lo más importante es la autoestima y la búsqueda de la serenidad, incluso si queda claro que el mundo no está hecho para el sexo femenino”, por lo cual dice mirar con confianza a las nuevas generaciones.
Más adelante, mientras publica su siempre autobiográfico “Seducing the Demon: writing for my life (2006)”, declara: “No toda la vida es agradable. No se crece sin hacer una serie de estupideces, pero en cierto punto miras hacia atrás y te preguntas: ¨pero hice realmente todo esto? ¨Y por qué?”.