La alimentación es una de las líneas investigativas que han sido desarrolladas en este estudio. Foto: Cortesía
Desde el 2001, la lengua Sápara es Patrimonio Oral Inmaterial de la Humanidad. Esta manifestación cultural de la comunidad ubicada en Pastaza forma parte de un grupo de expresiones que fue registrado por el Ministerio de Cultura y Patrimonio, en un taller desarrollado en Conambo.
Al taller asistieron pobladores de ocho comunidades involucradas en el proyecto, quienes conocieron los resultados de la investigación realizada en 12 comunidades sáparas durante cuatro meses.
El plan, denominado Fortalecimiento y Revitalización de la Cultura Sápara a través del registro y propuesta para la salvaguardia de su Patrimonio Cultural Inmaterial, se desarrolla a través de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural.
Uno de los resultados de la investigación de campo fue el registro de 57 manifestaciones culturales. De acuerdo con Luis Páez, subsecretario de Patrimonio Cultural, 20 de estas manifestaciones se encuentran vigentes en el día a día, mientras que 33 se hallan en estado de vulnerabilidad y cuatro ya son parte de la memoria.
“Los resultados obtenidos nos darán las líneas de acción para que en el mediano plazo se logren salvaguardar las manifestaciones identificadas en categoría de riesgo”, añadió Páez.
El territorio de la nacionalidad Sápara está ubicado en las parroquias Río Tigre y Montalvo, en Pastaza. Se localiza entre los ríos Pindoyacu, Conambo y Corrientes, y cubre una extensión de 360 861 hectáreas.
En el ámbito culinario, los sáparas incluyen en su dieta una variedad de gusanos, chicha preparada con frutos, pescado ahumado en hoja de plátano, entre otros. A nivel de vestimenta, sus trajes tradicionales están hechos con la corteza de una planta llamada llanchama; la técnica de elaboración se transmite oralmente.
Actualmente, existen aproximadamente 500 sáparas descendientes autóctonos en el país, pero tan solo el 5% de ellos habla o comprende la lengua propia de la comunidad. Tan solo seis ancianos hablan con total fluidez ese idioma.
Según Páez, el peligro de que el legado Sápara desaparezca es innegable. Los sáparas se ven afectados por la pérdida paulatina de sus conocimientos ancestrales y de su cosmovisión. Con el paso del tiempo se han ido introduciendo elementos culturales y lingüísticos de origen kichwa, además por los matrimonios con extranjeros o como estrategia de supervivencia. Pero hoy se encuentran en proceso de recuperar su identidad.
“Pese a las amenazas sobre la permanencia de su lengua y manifestaciones culturales, el grupo está motivado a mantener su cultura, que se ha adaptado a la interrelación con otras etnias que conviven en un mismo territorio”, finaliza Páez.
Para Bartolo Ushigua, dirigente de la comunidad, la lengua no está en peligro de desaparecer, porque ahora la aprenden en la escuela los niños de entre 2 y 5 años. Ellos cuentan con un lingüista y tres gramáticas, escritas desde el 2004, donde está la estructura del idioma.
Sin embargo su preocupación radica en la fonética. “En esa parte sí estamos en peligro, porque los jóvenes que lo han aprendido a hablar no lo hacen como los mayores. Hablan mezclado, el sonido es casi como kichwa y también se ha combinado con el español”, agrega Ushigua.
La lengua, que significa persona de la selva, no es difícil, acota el dirigente, quien la entiende, pero no la habla por falta de práctica, pues desde niño estudió en español y kichwa. En la actualidad subsisten dos de los 32 dialectos que tenía el idioma.
Se calcula que además de los 500 sáparas existentes en Ecuador, hay otros 400 en el Perú, según los datos del Ministerio Coordinador de Patrimonio; mientras que para los dirigentes de esta nacionalidad la cifra es de 1 500 personas.