La pérdida y el robo de mascotas alerta a los colectivos de Cuenca

También hay criaderos ilegales y personas que se aprovechan de las ofertas de recompensa. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO

También hay criaderos ilegales y personas que se aprovechan de las ofertas de recompensa. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO

La Feria Libre de El Arenal, en el occidente de Cuenca, se ha convertido en el lugar propicio para vender mascotas sin las regulaciones necesarias. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO

Los avisos de mascotas extraviadas son frecuentes en los muros de las redes sociales de los colectivos animalistas de Cuenca, en el sur del Ecuador. Ese espacio se convirtió en una plataforma de alerta para evitar que los animales de compañía como perros y gatos sean comercializados de forma ilegal.

Si bien no existen cifras oficiales sobre robos de mascotas, los colectivos reciben a diario informes de perros y gatos desaparecidos. A la Fundación Peluditos llega un promedio de 10 reportes diario. Una cifra similar maneja la Fundación Arca, aunque no a todos se les puede considerar como robo.

“La mayoría de casos nos llega como desapariciones, pero también tenemos denuncias de personas a la que les han robado las mascotas en la calle o en las casas”, dice la directora de Peluditos, Martha Parra. Eso ocurre sobre todo con los animales de raza, los cachorros o las hembras para reproducirlos.

Ella asegura que la venta sin control de animales genera una especie de mafia, que empieza con la desaparición de las mascotas. También hay criaderos ilegales y personas que se aprovechan de las ofertas de recompensa que hacen los dueños para recuperar a sus perros o gatos.

La Feria Libre de El Arenal, en el occidente de Cuenca, se ha convertido en el lugar propicio para vender mascotas sin las regulaciones necesarias. Allí hay unos cinco puestos fijos de venta de animales, las comerciantes aseguran que las mascotas tienen una procedencia legal. Un cachorro de raza puede costar desde USD 50 y los animales mestizos desde USD 15. Pero también hay vendedores ambulantes que ofrecen perros desde USD 10.

En mayo de 2015, una familia encontró en ese lugar a sus dos mascotas que habían desaparecido días antes. Ellos publicaron fotografías en las redes sociales y pegaron hojas volantes en diferentes sectores de la ciudad para encontrarlos.

También hay criaderos ilegales y personas que se aprovechan de las ofertas de recompensa. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO

Un día, mientras los policías municipales hacían su recorrido en ese sector, recibieron información de un ciudadano que vendía animales presuntamente robados. Entre los perros que ofertaba estaban un husky siberiano y un bulldog inglés, las mascotas que buscaba la familia. Los guardias los identificaron porque sabían de su desaparición por los anuncios volantes.

El ciudadano adujo que él había comprado los animales en USD 180 y los vendía en USD 200. No hubo forma de demostrar que se haya apropiado de las mascotas de forma ilegal, pero ese hecho sentó un precedente, que obligó a las autoridades a pensar en un control más riguroso para evitar este problema.

Por lo general, estos casos no son denunciados, aunque sí es posible hacerlo en la Fiscalía cuando se tiene indicios de que se trata de un robo, dijo el comandante de la Guardia Ciudadana de Cuenca, Guillermo Cobo.

Darío Mora pensó poner una denuncia por la desaparición de su mascota, una perra de raza coker que se extravió hace dos semanas en un sector del norte de la capital azuaya, pero no lo hizo porque desconocía la institución a la que debía acudir. Él prefirió pegar hojas volantes con una recompensa de USD 500.

“Cuando pusimos la recompensa recibimos dos llamadas, pero ninguna ayudó y hasta ahora no encontramos a la perrita”, cuenta Mora. Para Parra, ofrecer una recompensa no siempre es la mejor solución, porque puede generar estafas.

El personal de la Guardia Ciudadana ha asumido, por cuenta propia, la tarea de rescatar animales de criaderos ilegales, cuando reciben denuncias, aunque no es su competencia, aclara Cobo. Las mascotas son llevadas a un albergue que maneja la Empresa Municipal de Aseo de Cuenca, a donde pueden acudir los dueños.

Pero muchas mascotas que desaparecen no llevan collares y placas de identificación, lo que dificulta que se las encuentre. A veces, también se pierden por descuido de los propietarios, dice la directora de la fundación Arca, Valentina León. Por eso los colectivos promueven una tenencia responsable.

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