La crisis también alcanzó a las galerías de arte

La Galería NoMínimo estuvo abierta desde octubre del 2010 hasta julio del 2017, en Guayaquil. En la foto, una muestra del 2015, de Daniel Adum. Foto: archivo / EL COMERCIO

La Galería NoMínimo estuvo abierta desde octubre del 2010 hasta julio del 2017, en Guayaquil. En la foto, una muestra del 2015, de Daniel Adum. Foto: archivo / EL COMERCIO

La Galería NoMínimo estuvo abierta desde octubre del 2010 hasta julio del 2017, en Guayaquil. En la foto, una muestra del 2015, de Daniel Adum. Foto: archivo / EL COMERCIO

El cierre de la galería NoMínimo, en Guayaquil, ha reactivado las reflexiones sobre la situación del mercado del arte en el país. Este espacio, fundado por Eliana Hidalgo y Pilar Estrada en el 2010, se convirtió en uno de los lugares de difusión y producción artística local más importantes de la segunda década del siglo XXI.

Durante el siglo XX y lo que va del actual milenio, son pocas las galerías -espacios concebidos como lugares donde se exhiben y venden obras de arte que proponen una reflexión crítica sobre la sociedad- que se han mantenido abiertos durante más de cinco años. En este grupo están espacios como la Galería Siglo XX, La Galería, Galería Madeleine Hollaender, Ileana Viteri Galería y la Galería DPM.

“Una de las cosas que desvela el cierre de NoMínimo es que el mercado del arte en el país nunca se ha logrado consolidar, sobre todo, después de la crisis de finales de los noventa. Hay personas que compran arte pero no que lo coleccionan”, sostiene Ana María Garzón, curadora y docente de la Universidad San Francisco.

Entre las razones para la falta de coleccionismo local los expertos mencionan la crisis económica en el país, la falta de formación de públicos sobre arte contemporáneo, la poca institucionalidad pública en el sector cultural y la escasa comprensión de los artistas sobre cuál es la función de una galería en el mercado del arte.

Para la crítica de arte Guadalupe Álvarez, las galerías locales de arte contemporáneo han asumido a menudo la responsabilidad y el trabajo que han dejado de hacer los museos y los espacios institucionales oficiales. Por ello, el cierre de espacios como NoMínimo en el Guayaquil metropolitano -dice- afectan tanto a la vida cultural de la ciudad.

Rodolfo Kronfle, crítico e historiador de arte guayaquileño, sostiene que es particu­larmente triste la desaparición de NoMínimo, porque según él la ciudad carece de plataformas institucionales sólidas con un criterio y programación de exposiciones sostenido y de calidad.

Marcelo Aguirre, artista quiteño y director de la Galería Arte Actual, agrega que NoMínimo tenía una propuesta audaz y creativa que había logrado colocar a artistas ecuatorianos jóvenes en el radar del mercado del arte regional. Aguirre trabajó durante 20 años con La Galería. De esa experiencia sabe que es necesario generar espacios educativos para que las personas se interesen por el mercado del arte. “Está claro -dice- que hay un arte que decora las paredes de las salas que sí tiene mercado en el país, pero el arte que propone reflexiones, no”.

Roberto Noboa, artista plástico local, dice que las dificultades económicas inciden también en la participación de galerías en ferias internacionales, que desde su punto de vista pierden impacto a largo plazo al carecer a menudo de continuidad.

Ileana Viteri, quien ha logrado mantener abierta su galería durante una década, sostiene que hay espacios que se orientan al mercado de la decoración, pero otros que tienen como objetivo dar a conocer el trabajo de nuevos artistas y la importancia del arte como una oportunidad para que la gente se reconozca.

Para ayudar a activar el mercado del arte, Kronfle sugiere una contraparte de ayuda estatal, como sucede en otros países donde el arte es visto como un producto de exportación.

Garzón agrega que un cambio importante se puede dar si los artistas y la gente vinculada al arte empieza a relacionarse con personas que estén fuera del circuito. “Es importante -sostiene- que empecemos a comunicarnos con personas de otras áreas, para que entiendan la importancia que el arte tiene en la vida social y económica del país”.

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