‘Corteo’, el show que cambió la vida de un payaso

Después de 10 años, la obra se presentará por última vez, el domingo 13 de diciembre, en el Parque Bicentenario. Foto: El Comercio

Después de 10 años, la obra se presentará por última vez, el domingo 13 de diciembre, en el Parque Bicentenario. Foto: El Comercio

El próximo domingo (13 de diciembre) será un día especial para los artistas, técnicos y productores de ‘Corteo’. Después de 10 años de presentaciones, 57 ciudades visitadas; más de 3 500 funciones y cerca de ocho millones de espectadores alrededor del mundo esta obra, que durante un mes ha cautivado al público quiteño, realizará su última función.

Después de 10 años, la obra se presentará por última vez, el domingo 13 de diciembre, en el Parque Bicentenario. Foto: El Comercio

Mauro, el payaso de barriga inflada y acento ítalo-español, soñará por última vez en su funeral. Una procesión surrealista que convirtió un acto que en la cultura occidental está destinado al silencio y al llanto, en un carnaval contemporáneo lleno de magia, música y números acrobáticos que coquetean con lo imposible.

Junto a Mauro saldrán a escena por última vez El payaso blanco, El silbador fiel, La payasa, El pequeño payaso, El payaso gigante, El pequeño ángel y El ángel de agosto, personajes que antes de cada función se esconden tras El laberinto, el espacio que reproduce con exactitud las proporciones y el tamaño del diseño clásico del suelo del pasillo de la catedral de Chartre, en Francia.

En la función del domingo también se levantará por última vez la cinta de Moebius de 20 centímetros pintada en el centro como un símbolo del infinito y la continuidad y la cortina inspirada en una pintura de 1885 del artista parisino Adolphe Willette.

Los 60 artistas en escena se reunirán para acompañar a Mauro en el inicio de su cortejo fúnebre y luego se dividirán para hipnotizar al público, con la destreza en la ejecución de cada uno de sus números, que incluyen actos como los Caballitos, la Cuerda floja, la Danza en helio, la Escalera acrobática y el Teatro íntimo.

Después de la última función, los 60 artistas de ‘Corteo’ provenientes de lugares tan lejanos como Kazajstán, Bielorrusia o Sudáfrica retornarán a sus países de origen. Mauro Mozanni, el payaso Mauro que durante una década ha recorrido el escenario de ‘Corteo’ subido en una cama que vuela por los aires, en una bicicleta que se pierde en lo más alto de El Grand Chapiteu, o corriendo ataviado con ropa de niño por el escenario, regresará a Italia a trabajar en su compañía de teatro.

Para él, el fin de ‘Corteo’ no significará su desvinculación total con el Circo del Sol, seguirá colaborando con la compañía circense más importante del mundo desde otras áreas artísticas, a través de su pequeña compañía.

Lo misma hará Émilie Grenon- Émiroglou, la canadiense que durante cuatro años fue parte del número Los candelabros, un acto en el que ha demostrado capacidad acrobática colgando de lámparas decoradas con 4 000 joyas brillantes y guirnaldas de esferas acrílicas reflejantes que pesan más de 140 kilogramos. Esta artista regresará a Canadá para trabajar con el grupo de personas que crean las nuevas obras para el Circo del Sol.

El domingo, después de la función, comenzará una diáspora de artistas, el fin de un mundo creado por la imaginación del director suizo Daniele Finzi Pasca, quien encontró en los sueños de un payaso la mejor forma de mostrar al mundo que la muerte puede convertirse en un Carnaval lleno de alegorías y diversión.

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