En Quito, agentes de Policía vigilan que se cumpla la restricción vehicular impuesta por la emergencia sanitaria. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La emergencia por el coronavirus en Ecuador ha dejado ver el lado más amable de la gente, que se ha volcado a las redes sociales para ofrecer sus servicios profesionales gratuitos, en un esfuerzo por hacer más leve el encierro con el que se intenta frenar un contagio, que ya ha superado los 160 casos.
Bajo estado de excepción, con toque de queda nocturno en todo el país y con suspensión del uso del espacio público en Quito, las autoridades intentan reducir el contagio del covid-19, que ya ha dejado dos fallecidos en Ecuador según las cifras oficiales.
Y mientras el Gobierno advierte con cárcel a quienes violen las medidas adoptadas, la orden de no salir a la calle ha creado nuevas necesidades e interrogantes, y una ola de solidaridad.
Porque mientras unos acatan a pie juntillas el ruego de no salir y otros lo hacen parcialmente, hay quienes han decidido romper las fronteras físicas por las redes sociales, en las que se navega entre un derroche de sabiduría casera para “matar el tiempo”, sugerencias varias para esquivar el covid-19 y consejos profesionales gratuitos.
Médicos, abogados, veterinarios
“Hola, soy abogado, si tienen alguna consulta legal relacionada al tema laboral por el tema de la crisis mundial que estamos viviendo en estos momentos, pueden por este medio hacerla, sin ningún costo”, señala Alberto Valverde en un trino que ya ha tenido sus consultantes.
La médico Andrea Martínez, apunta en su perfil: “Si alguien tiene un problema o duda médica y no sabe cómo actuar, y no lo considera grave para acudir a urgencias en estas circunstancias, puede consultarme por privado”.
“Hola! Soy veterinaria, si alguien tiene un problema o duda médica con su mascota y no sabe cómo actuar…”, publica en su twitter otra Andrea, que inmediatamente recibió la consulta de Frida sobre las medidas que se deben adoptar para la limpieza de su perro tras haberlo sacado a hacer sus necesidades.
Y es que en la cada vez más asfáltica ciudad de Quito, son cada día menos las viviendas con amplios espacios y jardines, por lo que quienes viven en departamentos buscan maneras para sacar a sus animales para sus necesidades básicas y para cortos paseos.
En su perfil de la mencionada red social, Claudia Hidalgo dice ser “internacionalista”, y ofrece su hombro solidario en caso de que el encierro desate cuadros de angustia.
“Si sufres de depresión, ansiedad o ataques de pánico, el encierro te está haciendo daño y necesitas con quien conversar, puedes escribirme a mis Dms que están abiertos. Aquí estoy para acompañarte”, anota ofreciendo compañía.
Una iniciativa que aplaudió el internauta Gabriel Alejandro: “Quisiera saber si es posible sumarse a esta iniciativa, aunque pienso que se requiere de una gran fortaleza emocional y conocimientos especializados“, le dijo.
“¡Claro que puedes! No estamos haciendo terapia, sino compañía. Riendo juntos, conversando, lo que sea para distraernos un momento”, respondió Hidalgo a quien le agradeció otro usuario de la red: “Qué lindo, yo soy de esos que se escapa de casa en las madrugadas porque la ansiedad me come vivo”.
Y sí que le vendrá bien pues, gracias al estado de excepción decretado, rige un toque de queda desde las 21:00 hasta las 05:00 en un intento por frenar el covid-19.
La magia de las letras
Abogado y literato, el ecuatoriano Rafael Lugo, ha decidido escribir sus renglones en las historias de generosidad que se tejen desde las redes sociales para aligerar el encierro.
“Amigos, salir de compras obviamente no es opción, tampoco es seguro promover las entregas a domicilio de bienes que no sean alimentos o medicinas. QuédateEnTuCasa, he subido (mi libro) Tripa Mistic a mi blog gratuito. Espero los acompañe”, apuntó.
Y como manos que dan, reciben, le respondieron: “Prometo comprarlo, incluso después de haberlo leído. Es la forma de apoyarnos TODOS“.
Es solo un reflejo de la otra cara de la crisis, en la que cada quien busca sumar para hacer más llevadero un encierro en el que los alumnos hacen tareas por internet y gran parte de la población se ha volcado al teletrabajo.
“Hola. Soy escritora, no atiendo tus consultas médicas, pero podemos escribir juntos una historia para tus niños, o te puedo revisar un texto que siempre quisiste publicar o simplemente me puedes contar algo que puedo contar mejor, lo tuneo y te lo dono. A las órdenes”, se ofreció Maluly Oliva.
Otros se han enganchado de las vivencias de la ecuatoriana Alexandra Cárdenas que, desde China, ha relatado día a día su encierro, insta a quedarse en casa, ofrece consejos y ahora esperanzas a sus compatriotas que dan los primeros pasos en una cuarentena plagada de incertidumbre.
“En los jardines del condominio donde vivo en China (12 edificios, casi 9 000 vecinos) hoy había risitas en el aire, niños, y gente que no iba a ninguna parte, solo paseaban. Casi 8 semanas han pasado de silencio y brevedad al caminar”.