Cerca de 100 coristas de varias comunidades participaron en el concierto con un ensamble sinfónico. Foto: cortesía GAD Riobamba
Las Voces Kichwa, un coro integrado por unas 100 mujeres de las comunidades indígenas de Riobamba, presentó su primer disco de estudio en un concierto especial. Ellas celebraron su tercer aniversario como agrupación.
Las mujeres del coro tienen edades diversas y también profesan distintas religiones. En el 2016 se unieron por una invitación del Municipio de Riobamba. La idea del ensamble surgió después de que la Dirección de Cultura del Cabildo identificara más de 53 coros religiosos con un alto nivel.
“Pudimos verlas en asambleas cristianas y otros eventos. Vimos que los coros se han vuelto una parte importante de la cultura de las comunidades, así que pensamos en un ensamble para la ciudad”, cuenta José Parco, coordinador de Interculturalidad.
La idea inicial era que las mujeres cantaran para homenajear a Riobamba en noviembre, cuando la urbe festeja su emancipación política. Pero el proyecto tuvo tanta acogida que se convirtió en una agrupación permanente.
Las Voces Kichwa es el primer coro municipal integrado únicamente por mujeres indígenas y también es de los más numerosos del país. Las mujeres se han presentado en varios escenarios nacionales, entre ellos el Ágora de la Casa de la Cultura en Quito.
Las coristas se prepararon por varios meses para poder realizar las grabaciones y las presentaciones en vivo. Foto: cortesía GAD Riobamba
En los años que llevan como agrupación, las cantantes recibieron capacitación con maestros profesionales de canto. El actual director y profesor de canto es Andrés Campos.
“Ha sido una experiencia muy enriquecedora, tanto para mí como para ellas. Ahora entiendo un poco más el quichua y he llegado a enamorarme de las canciones originarias”, cuenta Campos.
Uno de los desafíos técnicos que él tuvo que superar con la agrupación fue armonizar las voces y lograr que se acoplaran entre sí, debido a los diversos matices y tonos de las mujeres.
La grabación del disco en estudio se inició en enero pasado y la producción duró más de ocho meses. Las cantantes se organizaron en turnos para acudir al estudio y grabar sus voces en grupos.
Para hacerlo, muchas viajaron largas distancias desde sus comunidades, en las 11 parroquias de Riobamba, hasta el estudio de grabación. Además, tuvieron que compartir las extensas jornadas de grabación con sus tareas domésticas y el cuidado de los campos.
“Estaba nerviosa cuando empecé a grabar mi voz. Cantar en un estudio era muy distinto al coro de la Iglesia donde canto desde muy joven, pero después sentí más confianza y disfruté mucho de la experiencia”, cuenta Juana Tenelema, una de las cantantes.
El disco tiene siete canciones originarias de las comunidades, que cuentan sobre la vida de las mujeres y la espiritualidad en la cultura indígena.