Los voluntarios han trabajado durante 75 días desde el inicio de la emergencia. Foto: Galo Paguay/EL COMERCIO
A las 18:20, desde el parque Bicentenario, en el norte de Quito, 27 camiones con 400 toneladas de ayuda, partieron hacia las provincias de Manabí y Esmeraldas. Se trata del último convoy que lleva donaciones de alimentos y vituallas para los afectados por el terremoto del 16 de abril pasado.
En las instalaciones del Centro de Convenciones del Parque Bicentenario, los voluntarios, que han trabajado durante 75 días desde el inicio de la emergencia, armaron cadenas humanas para llenar los camiones que viajaron a las zonas afectadas.
Durante la despedida del convoy, el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, hizo un reconocimiento a los voluntarios, a las 80 empresas que realizaron donaciones y al Cuerpo de Bomberos de Quito, cuyos integrantes rescataron a 99 personas, tras el terremoto que tuvo una magnitud de 7.8 grados en la escala de Richter.
Desde el sismo, Quito envió 3500 toneladas de donaciones que se trasladaron por vía terrestre y en 17 aviones. Según los datos del Municipio, a partir de la emergencia, al Bicentenario llegaron cerca de 4 000 voluntarios para colaborar con la organización de los ‘kits’ de ayuda.
Según María Fernanda Pacheco, presidenta del Patronato San José, quien estuvo a cargo de la coordinación del acopio, la organización y el envío de ayuda, el próximo paso será colaborar con la reconstrucción de las zonas afectadas.
“De acuerdo con los datos de la Unicef, hay 220 mil niños afectados y en ellos nos concentraremos ahora”, dijo Pacheco. Para esto se realizará una alianza con esta organización.
Una de las primeras acciones será la recaudación de fondos mediante los eventos programados para el Verano de las Artes.
El próximo 6 de julio se darán mayores detalles de cómo los ciudadanos podrán aportar en esta nueva etapa de solidaridad.