El contacto con los bosques y páramos es beneficioso para la salud

Los beneficios pueden obtenerse en cualquier tipo de espacio verde, que esté alejado de los ruidos de la ciudad

Los beneficios pueden obtenerse en cualquier tipo de espacio verde, que esté alejado de los ruidos de la ciudad

Los beneficios pueden obtenerse en cualquier tipo de espacio verde, que esté alejado de los ruidos de la ciudad. Foto: Isabel Alarcón/EL COMERCIO

El contacto con la naturaleza puede ayudar en el tratamiento de problemas emocionales y mejorar el rendimiento físico de las personas. Adentrarse en un bosque por más de 15 minutos o caminar por los páramos en silencio contribuirá a disminuir el estrés, la ansiedad, la presión arterial y mejorar el sistema inmunitario.

En países asiáticos, Australia, Alemania y Estados Unidos, esta práctica es conocida como “baños forestales” o “shinrin yoku”. La terapia, inspirada en actividades budistas ancestrales, consiste en recorrer espacios naturales, sentarse por algunos momentos en el bosque, observar las plantas y utilizar todos los sentidos. La actividad, por lo general, se realiza con el acompañamiento de un guía.

Un estudio realizado por Yoshifumi Miyazaki, investigador de la Universidad de Chiba, demuestra que los baños forestales lograron disminuir un 12,4% los niveles de la hormona del estrés, en comparación con las caminatas urbanas. Otra investigación de la Universidad de Stanford también revela que el contacto con los espacios verdes ayuda a disminuir los síntomas de depresión y promueve la memoria y la atención en el trabajo.

Omar Vacas Cruz, investigador del herbario QCA de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y docente de la Universidad de las Américas (UDLA), explica que en los tratamientos que realiza, elaborando extractos con plantas para mejorar la calidad de vida de las personas, les recomienda que visiten la Amazonía o zonas verdes, ya que esto les ayuda emocionalmente.

Vacas dice que los principales beneficios se producen por la gran cantidad de moléculas de oxígeno y carbono que se encuentran en este tipo de ambientes. Estas permiten estimular y armonizar los procesos vitales del organismo. Según la Agencia Forestal de Japón, se estima que dos millones de personas en ese país realizan cada año estas terapias en 50 bosques y la práctica se continúa expandiendo.

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