Comer menos carne pudiera ayudar a las personas a mantenerse en forma. Así lo revela un estudio del Imperial College London.
La investigación indicó que los consumidores frecuentes de carne aumentaron más de peso en cinco años que quienes comieron menos carne, pero la misma cantidad de calorías.
Cuando analizaron los tipos de carne, detectaron que el incremento de peso se daba por carnes procesadas, por las carnes rojas y por las de ave. La investigación involucró a más de 100 000 hombres y 270 000 mujeres de 10 países europeos. Ellos participaron en un estudio de cáncer, nutrición y otros factores del estilo de vida. Entre las naciones sondeadas, los griegos eran los que menos carne comían. Los hombres y las mujeres ingerían 200 y 140 calorías por día, respectivamente.
En un seguimiento de cinco años, las personas aumentaron alrededor de medio kilo por año. Por cada 250 g adicionales de carne diarios, que equivalen a un bife de 450 calorías, el aumento de peso sería 2 kilos mayor.