El consumo de este producto se ha extendido a diferentes ámbitos de la gastronomía en las regiones del país. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
El aguacate se ha convertido en parte de la gastronomía del Ecuador, ya sea como acompañante de diferentes platillos o como el ingrediente principal.
El origen de su uso, no obstante, se remonta a las épocas de la invasión inca. El territorio que hoy comprende la provincia de Loja y el norte de Perú fue entonces territorio de los Paltas, grupo jíbaro que se asentó en el lugar.
Según la información que reposa en los archivos digitales del Ministerio de Cultura y Patrimonio de Ecuador, una de las teorías más aceptadas es que uno de los centros de ‘domesticación’ del aguacate fue en este lugar. Tras la invasión de los incas a la región, encontraron el árbol y su baya comestible, y comenzaron a expandir su cultivo por todo el Tahuantinsuyo. Es por esta razón que en otras regiones de América también se conoce al aguacate como palta.
Con el paso de los años, su uso se ha extendido por las diferentes comunidades del Ecuador, quienes han aprovechado sus beneficios. Según los datos del repositorio de información digital, varias poblaciones indígenas y afrodescendientes de Esmeraldas consideran que el consumo de aguacate para las mujeres durante el período de menstruación es dañino, ya que puede prolongar o cortar el ciclo menstrual, así como ocasionar cólicos en quienes lo consumen.
Entre sus cualidades, al aguacate se le han atribuido las características de embellecer la piel y también propiedades afrodisíacas. El árbol de aguacate, dependiendo de la variedad, puede crecer en territorios ubicados tanto a nivel del mar como a 2 500 metros de altitud, en los valles cálidos interandinos del país.
Aunque durante los últimos años las variedades locales han sido mezcladas o incluso reemplazadas con tipos comerciales extranjeros de aguacate, en Pichincha y en Loja se ha reportado la existencia de cerca de 30 especies, que podrían servir como una base para la recopilación de material para bancos genéticos de las variedades ancestrales.
A escala global, las variedades mexicanas han sido las que más han aportado material genético para las investigaciones sobre la ancestralidad del aguacate.
El nombre científico del aguacate es Persea americana. La etimología del nombre proviene de Perseo, semidiós griego hijo del dios Zeus y de la mortal Danae. En cuanto a su nombre común, el vocablo aguacate proviene de ahuacatl, que en la macrolengua mexicana náhuatl quiere decir testículo. De hecho, la palabra guacamole se deriva del vocablo ahuacamolli, que en náhuatl quiere decir, literalmente, salsa de aguacate.