Consuelo Vargas (tercera de izquierda a derecha) recibirá un homenaje junto al Grupo Yavirac, Alexandra Cabanilla y Los Reales, en una gala musical en el Teatro Sucre. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO
A Consuelo Vargas el canto le resulta tan natural como leer o escribir. Desde que tenía 5 años, la música se convirtió en el lenguaje que le permitía transmitir sus impresiones personales sobre el mundo y la vida.
A esa edad, el mango de un trapeador le servía perfectamente de micrófono mientras soñaba con ser cantante, recuerda la artista de origen argentino y corazón ecuatoriano, que mañana se subirá al escenario del Teatro Sucre para recibir un homenaje musical, en reconocimiento a sus 66 años de trayectoria artística.
Un homenaje que se realiza en el marco de la celebración por el Día del Pasillo, el 1 de octubre, y que contará con la presencia del Grupo Yavirac, Alexandra Cabanilla y Los Reales.
Prácticamente tres generaciones de artistas entregadas a la conservación del pasillo, el albazo, el sanjuanito y otros géneros, como parte de una identidad musical nacional y patrimonio inmaterial.
A sus 81 años, la voz de Amelia Berta Martín, que adoptó el nombre de Consuelo Vargas, como parte de su renacimiento en el mundo artístico, suena impecable apenas suelta un par de notas del viejo pasillo Imploración de amor.
Entre las anécdotas que han marcado su vida, recuerda que Sombras y Lamparillas fueron los dos primeros pasillos que grabó en la casa discográfica RCA Víctor, con la guía del cantante ecuatoriano Galo Cárdenas, el acompañamiento del conjunto musical Cava Bengal y la dirección artística de Ricardo Mejía.
Desde entonces, la energía y la emoción que imprimía su voz la llevó a recorrer el mundo, pero fue en el Ecuador donde se enamoró y se quedó hasta volverse uno de los íconos de la música ecuatoriana.
Referente musical, cuya influencia ha traspasado generaciones, como asegura Samandra Michuy, la voz principal del Grupo Yavirac. Para la cantante ecuatoriana, la vigencia de géneros como el pasillo, el albazo o el yaraví depende en gran parte de artistas contemporáneos, que mantienen vivo el espíritu de las interpretaciones originales y de otros, que le han dado un nuevo estilo con temas que siguen llegando al público de las generaciones más jóvenes. Pasillos, sanjuanitos y valses serán parte del repertorio que este grupo compartirá durante el homenaje a Consuelo Vargas.
Para Cabanilla, la música tradicional ecuatoriana es parte de un nuevo despertar en la voz de intérpretes jóvenes. A la joven cantante que venía de una formación académica con fuertes influencias del jazz, el pasillo terminó por conquistarla durante un proyecto cultural en La Ronda.
De ese encuentro salió ‘Pasional’, un disco que lleva algunos clásicos de la música nacional a “un lenguaje musical más contemporáneo”, explica la artista ecuatoriana, quien divide su carrera entre el pop y el pasillo. De ese trabajo se desprenden temas como El alma en los labios o Pesares.
En el pasillo, sin embargo, Cabanilla ha descubierto una creación poética “muy bien pensada” que no puede cantarse sin pasión.
Los artistas compartirán estas y otras experiencias con el público, en una gala musical que contará con la conducción de Juan Manuel Carrión.