¿Es posible imaginar una ciudad donde el ser humano sea el actor principal de la planificación? ¿Qué tan factible es la creación de una ciudad integral, donde prime el ser humano por sobre sus creaciones, como los vehículos?
Esa es la dicotomía urbanística actual. Y el valle de Cumbayá- Tumbaco no escapa a esta problemática. En la actualidad, estas parroquias del cantón Quito soportan un notable incremento de densidad. No solo poblacional sino también de proyectos habitacionales. Esta determinante urbana ha ocasionado problemas secundarios como tránsito, contaminación y migración hacia sectores como Puembo, Pifo, Yaruquí, El Quinche, Tababuela…
La Administración Zonal Tumbaco comprende 64 000 ha, divididas en ocho parroquias: 20 barriales y dos zonales. Esta entidad se encarga de controlar y verificar que los proyectos cumplan los requerimientos necesarios.
Este año, el Municipio aprobó el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial. Para Tumbaco y Cumbayá existe el plan parcial Zona Tumbaco, donde se especifica el uso y ocupación del suelo en los distintos sectores. Esta regula las construcciones que realizan las empresas públicas o privadas.
El arquitecto Belisario Palacios opina que esta zona ha sufrido una falta de planificación integral. “Se han cometido los mismos errores que hace 20 años en el norte de Quito”. Este profesional se considera un partícipe del desarrollo del valle, pero admite que la falta de una ordenanza clara ocasionará graves problemas futuros.
En Cumbayá se pueden apreciar distintas tipologías arquitectónicas, muchas de ellas interfieren con el ambiente y rompen el entorno, causando todo tipo de contaminación, incluso visual”.
El arquitecto Ígor Muñoz acota que “la evidente falta de espacios verdes es un problema”. La población carece de lugares donde pueda interrelacionarse, añade.
Dentro de la zona existen áreas de recreación. Los espacios públicos recreativos se limitan a los parques centrales de cada parroquia y a un lunar un poco más grande: el balneario de Cununyacu. Totalmente insuficientes, comenta Muñoz.
Otro factor es la zonificación. Esta puede ser urbana, rural, construible, no construible, áreas protegidas, de riesgo… Zonificación que para los profesionales no está bien delimitada.
¿Ejemplos? La Cervecería Nacional ya no debería estar en su ubicación actual, porque esta es ya una zona urbana. Y muchas edificaciones comerciales y hasta hospitalarias están en zonas de riesgo, por su cercanía a los ríos.
Para Palacios y Muñoz, es esencial la utilización de lugares donde el suelo y la topografía se puedan aprovechar de una manera integral, como los casos de Lumbisí o Puembo. Son lugares donde todavía se puede planificar con visión hacia el futuro.
¿Y el tránsito? Caótico, con prioridad para los vehículos en detrimento de las personas y las áreas verdes. Un tráfico que tiene un panorama incierto por la apertura del nuevo aeropuerto, aunque se trabaja en paliar esta deficiencia con la ampliación de la Interoceánica y la construcción de la Ruta Viva, que conectará Cumbayá con Tababuela y El Quinche.