Patrick Foye, director de Autoridad Portuaria de Nueva York, anuncia el acto. Foto: AFP
El rascacielos One World Trade Center, al que muchos neoyorquinos todavía llaman ‘Freedom Tower’, se inauguró 13 años después de los atentados del 11-S, que derribaron las Torres Gemelas.
El, ahora, edificio más alto de Estados Unidos abrió -el lunes pasado- las puertas a sus primeros inquilinos, empleados del grupo editorial Condé Nast, en un simbólico momento para la zona donde tuvieron lugar los atentados del 11 de septiembre del 2001.
175 personas con cargos directivos en la editorial, que publica revistas como New Yorker y Vanity Fair, ingresaron desde temprano por la puerta del edificio sobre la calle Vessey, emplazada a pocos metros del Memorial y Museo.
Este fue erigido donde se levantaban las Torres Gemelas, derrumbadas en los ataques que dejaron
3 000 muertos, según AFP.
“Algunos están nerviosos y otros entusiasmados de mudarse al sur de la ciudad; empezar una transformación de la compañía y ayudar a revitalizar esta parte de Manhattan”, dijo John Duffy, director de políticas y control de Condé Nast, al llegar a las oficinas.
Condé Nast tendrá en total 3 400 empleados en enero, entre los pisos 20 y 44, de los 104 que conforman el rascacielos.
Junto a la editorial ya tienen previstas las mudanzas a la Torre de la Libertad otras empresas, como la firma de publicidad Kids Creative o el grupo inversor BMB Group.
El propietario del edificio, la Autoridad del Puerto de Nueva York y Nueva Jersey, ha vendido alrededor del 55% del espacio disponible en el inmueble y sus propios trabajadores han comenzado a instalarse en uno de los edificios adyacentes, el Four World Trade Center.
La construcción del rascacielos se inició el 26 de abril del 2006 y su finalización se ha retrasado en varias ocasiones, disparando el costo de las obras hasta los USD 3 900 millones.
La metrópoli, informa https://www.20minutos.es, da por hecho que el traslado a la parte baja de la isla de los gurús de las nuevas tendencias, como la redactora jefe de Vogue, Anna Wintour, servirá de imán para seguir atrayendo nuevos inquilinos a una zona que fue la más afectada por la tragedia del
11-S y que muchas empresas han preferido evitar por motivos de seguridad.
Antes, el 10 de mayo pasado, los operarios de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey instalaron la antena con forma de espiral que eleva la altura del imponente edificio hasta 1 776 pies (541 metros. Esta cifra es simbólica, y se mantuvo en honor al año de la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
Los trabajadores alzaron la antena, que pesa 800 toneladas y mide 124 metros, hasta una plataforma en el techo del rascacielos en un día también cargado de gran simbolismo, pues coincidió con el segundo aniversario de la muerte de Osama bin Laden.
Con la adición de los 124 metros de la antena, el ‘One WTC’ se convirtió en el más alto de los Estados Unidos. Su diseño pertenece a los prestigiosos proyectistas Daniel Libeskind y David Childs.
Es un ejemplo de la arquitectura contemporánea, explica el portal www.archdaily.com. Sus propuestas incluyen sistemas inteligentes de aprovechamiento energético, de climatización y de comunicaciones. Los sistemas operativos de seguridad también se optimizaron al máximo, para tener rápidas evacuaciones.
“El One WTC sirve como símbolo de la resistencia de toda la gente de Nueva York. Hoy, mientras abrimos sus puertas por primera vez, recordamos que la fuerza y el valor siempre vencerán a la debilidad y la cobardía”, señaló en un comunicado el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.
El nuevo complejo del WTC incluye cinco torres, el Memorial y Museo -abierto en mayo pasado-, un centro de transportes público, unos 550 000 m² de superficie para comercios minoristas y un centro para presentaciones artísticas.
Su primer nuevo edificio, el Four World Trade Center, de 297,70 metros y diseñado por el arquitecto japonés Fumihiko Maki, fue inaugurado en noviembre del 2013.