Aunque no lo asumen con claridad, las personas que habitan en las faldas de laderas, en lo alto de taludes o en el fondo de hondonadas intuyen que sus vidas y sus bienes corren peligro. No les falta razón, afirma el ingeniero Fabricio Yépez.
“Las casas que tienen esas ubicaciones están en un riesgo constante por los deslizamientos de tierra. Y más cuando hay inviernos severos. Una de las causas más comunes de las avalanchas de tierra es, precisamente, el agua”, añade el experto.
Lamentablemente, el país está lleno de dolorosos ejemplos de avalanchas que causaron destrucción y muerte. De hecho, afirma Yépez, los movimientos de suelos y rocas de las laderas son fases naturales que afectan a toda la superficie del planeta.
Hay dos tipos de medidas preventivas para evitar posibles deslizamientos, las técnicas y las prácticas. Entre las primeras se anotan la evaluación de los taludes mediante fotografía aérea; los mapas topográfico y geotécnico; el conocer el contenido en agua, la pendiente, medida de las longitudes desplazadas; la modificación de la geometría del talud mediante tacones, cortes y bermas; la corrección del drenaje por medio de pozos, zanjas, galerías y vegetación; el mejoramiento de la resistencia del suelo mediante mallas, anclajes o muros de contención.
Los expertos explican que la prevención es lo más importante para evitar este tipo de problemas. “Necesitamos que la ciudadanía conozca las normas de uso del suelo, que tenga un buen manejo de las basuras porque estas en las quebradas son el problema principal para el taponamiento de los colectores. No se debe construir en sitios de riesgo y cuando se lo hace cumplir con las reglas”, agrega el arquitecto Carlos Collahuaso.
La semana pasada, en la Casa de Hacienda del Parque Itchimbía, se desarrolló la feria Mi nueva vivienda para quienes vivimos en sitios de riesgo”, organizada por el Municipio de Quito.
El organismo metropolitano desarrolla un plan para la reubicación de las familias asentadas en áreas de extremo riesgo, no mitigable, ubicadas en bordes de quebradas, cercanía de ríos.
El proyecto contempla la intervención en terrenos urbanos, de propiedad del IESS y del Municipio, que disponen de infraestructura y servicios ubicados en Turubamba de Monjas, San Francisco de Huarcay, Girón de Chillogallo, El Beaterio, Casa Pontón, Casa Chávez, Carretas, Pueblo Blanco y Ciudad Bicentenario.
La oferta permite atender a todas las familias que deben reubicarse a una vivienda segura, confortable y económica.