El 27 de noviembre pasado, Hilda María Palomeque nos solicitó información acerca de la técnica conocida como estucado o estuco veneciano.
La respuesta, consultada con los expertos Roberto Mancero y Jenny Aguirre, no fue completa para otro especialista, Jorge Salazar, quien aporta con más datos para redondear el tema.
Según Salazar, del email: monto@pintulac.com.ec, en el mercado existe una variedad de productos de pintura destinados a decorar ambientes especiales.
Entre los más utilizados están: los rústicos texturados, rústicos difuminados, efectos cromáticos, iridiscentes metalizados, velatos y tamponados. El estuco veneciano es el más difundido, aunque tiene más de 300 años de vigencia.
El estuco veneciano en realidad no es una pintura. En realidad, dice Salazar, es un producto en forma de pasta. El tono final, acabado y brillo variará en función de la aplicación, dependiendo el grado de pulido, lijado, carga de producto, color, tipo de espátula, llana, número de pasadas…
Por esto, siempre hay que considerar tonos aproximados. Y recordar que, aun siendo el estuco especialmente preparado para la obtención de tonos intensos y muy decorativos, no es posible obtener totalmente tonos saturados. Por ejemplo, si quiere un color negro, puede obtener un color muy oscuro y similar al negro, con tonos grises, pero no un negro total.
Actualmente existen productos y herramientas que ayudan a obtener un estuco veneciano perfecto: fijadores que ayudan a endurecer la superficie; llanas y espátulas de acero quirúrgico inoxidable especialmente diseñadas para esta función; lijas orbitales de diferentes granos; ceras para que la superficie se convierta en hidrorrepelente (repelen el agua); barnices de estucos para protección al frote; aceite para mejorar y facilitar el pulido’