Un ambiente de trabajo y mucha camaradería, donde se escucha música de fiesta, se vive en el taller de Gilberto Tipán.
Este es un carpintero que hace todo tipo de arreglos de madera, MDF y cartoncillo. Comparte el local con una lavadora de carros. Es quiteño y empezó sus trabajos de carpintería en el sector de las avs. Gaspar de Villarroel y 6 de Diciembre, en el norte de Quito. En la pequeña carpintería se aprecian varios trabajos ya terminados, puertas a medio lacar, muchas herramientas en el suelo y algunas planchas de madera listas para ser trabajadas.
Tipán es graduado en mecánica automotriz, pero siempre le gusto la carpintería. Desde hace 32 años se dedica a este oficio en el sencillo taller, apreciado por muchos clientes que conocen sus obras.Gilberto aprendió el oficio cuando apenas tenía 18 años, en el taller de su padre, que estaba ubicado en el Comité del Pueblo.
Tipán, pequeño y amable, dice que la carpintería es un trabajo muy antiguo y que con el tiempo se ha ido puliendo y perfeccionando. Conoce los secretos para dar forma a todo tipo de madera y también hace trabajos de electricidad. Moldea muchos de sus trabajos con gubias.
Tipán está casado con Mercedes Galarza, ama de casa, que se dedica a cuidar a sus cuatro hijos que todavía están en el colegio.
En el taller, Gilberto trabaja con su hijo Alexis. Él decidió seguir los mismos pasos de su padre. Juntos elaboran puertas, sillas, escaleras, clósets, mesas, barandales, ventanas, libreros, bases para camas, escritorios y anaqueles.
Ellos utilizan maderas como pino, laurel, caoba y eucalipto. Tienen a mano varias herramientas para trabajar la madera: caladora, lijadora orbital, taladro, sierra, serruchos, cepillos, pegas, sopletes.
El carpintero explica que las ha adquirido con trabajo y esfuerzo. Para que la madera dure muchos años es necesario evitar los golpes, el exceso de humedad, de sol y de polvo. Además, se aconseja cubrirla con un barniz, laca o pintura protectora, para mantenerla en el mejor estado posible.
“La carpintería es un oficio hermoso ya que permite dar forma a planchas de cualquier tipo de madera y, dependiendo de las necesidades del cliente, se las convierte en hermosos muebles para el hogar”, comenta Tipán.
Alexis, un chico flaco y ágil, de 23 años, tiene su opinión: “La carpintería es un trabajo fuerte, pues es manual y hay que cargar tablones y tríplex, también usamos mascarillas para lacar, pero los químicos son muy fuertes y, a veces, nos causan daños”.
Según Gilberto, de 50 años, este oficio es variable ya que hay meses que son buenos -donde se puede ganar hasta 700 dólares- y meses muy malos en los cuales hay poco trabajo y no se gana más de 300.
El arreglo de una puerta varía entre los 20 dólares y hacer una, entre los 180 dólares.