Esta semana se inauguró un nuevo concesionario de vehículos Chevrolet, en el norte de Quito. Ubicado en la avenida Occidental y Florida, tiene 28 000 metros cuadrados (m²) de construcción, en un área de 14 000 m².
Allí, además el ‘showroom’ y los talleres mecánicos, de enderezada y pintura estarán las oficinas centrales de Vallejo Araujo. 250 obreros fijos y 200 más, de personal flotante, trabajaron para que el edificio quedara listo, en año y medio.
La ubicación fue un punto a favor para el propósito del nuevo edificio. Kenny Pontón, el arquitecto diseñador, explicó que la prioridad es la exhibición de los modelos Chevrolet. Por eso se colocó el área comercial a la vista desde el norte y el sur de la avenida.
Esto porque es una de las de mayor flujo vehicular en Quito. Así se puede llegar a un gran número de potenciales clientes, en la venta y servicio de posventa.
Además, atrás se aprovechó la vista panorámica de la ciudad. En días despejados se puede ver en su majestuosidad al Cotopaxi, al Antisana y al Cayambe. Se colocaron grandes ventanales para que los empleados tengan áreas de trabajo de calidad.
La estructura es de hormigón armado. Para la parte arquitectónica y de diseño se usaron metal y vidrio. Los pórticos, la baldosa, los pasamanos, los colores y otros acabados se ciñen a las exigencias de General Motors.
Es una construcción moderna, que cuenta con sistemas acordes con las normativas ambientales, según Javier Gallardo, arquitecto constructor. Recibieron la asesoría de una empresa española.
En los talleres se ha aplicado el concepto de taller limpio. Los pisos están pintados de blanco brillante y deben permanecer así, pese a los trabajos que se harán.
En el área mecánica se puede atender a 48 vehículos simultáneamente y 3 200 al mes. En el servicio Chevy Express (para cambio de aceite y trabajos rápidos) se atiende a 460 mensuales. 860 más pueden ser reparados en el área de colisiones.
La construcción del taller busca reducir el impacto ambiental. Luis Morejón, gerente nacional de servicios, explica que se emite al ambiente el 10% de contaminantes de lo que se recibe. Hay dos motores que extraen el monóxido de carbono. Este pasa por un filtro de carbón. En el área de pintura hay filtros y aspiradoras, para el polvo que sale tras lijar un auto. Luego entra a una cabina de pintura. Así se evita la salida de gases.
Para completar el ciclo, se usa pintura a base de agua, para que los materiales se queden en el filtro y el deshecho sea agua. Todos los residuos contaminantes se procesarán luego, a través de gestores ambientales.
Además, se pensó en la optimización de recursos. Hay una cisterna para el agua lluvia. Esta será utilizada para el lavado de los vehículos y luego se reutilizará. Los costos de electricidad tienen alta incidencia en el mantenimiento de un edificio, más cuando se trata de resaltar el ‘showroom’. Por eso, las instalaciones se colocaron con un concepto de ahorro.
En el área de talleres hay salas de espera. Estas fueron dispuestas de tal forma que el cliente pueda ver cómodo el trabajo que se hace a su vehículo.
Más detalles
La construcción del nuevo concesionario tuvo un costo de USD 300 /m². Se emplearon 11 000 m³ de hormigón.
Junto al área de Chevrolet está Sivasa, el área de venta y mantenimiento de generadores eléctricos de Vallejo Araujo.