El Complejo San Sebastián es para los sangolquileños como el coliseo Julio César Hidalgo para los quiteños: el espacio deportivo más tradicional.
Y aunque en Sangolquí existen otros centros deportivos abiertos de importancia como el de San Nicolás o La Carolina; el de San Sebastián es el más icónico de la ciudad; el número uno pues, además, está en el centro de la urbe.
Los residentes más antiguos, como Jacinto Carrera, recuerdan que en ese lugar se ‘jugaban’ gallos en la gallera; los niños y mujeres se bañaban en la piscina; y jóvenes y ‘maduritos’ disputaban unos encarnizados partidos de ecuavóley entre ellos o con los ‘alemanes’, como fueron bautizados los oriundos de Amaguaña, quienes llegaban semanalmente al reducto de San Sebastián.
“Casi siempre venían en busca de patos y, asimismo, casi siempre les salían gansos. Mordían el polvo y se iban con la cabeza gacha”, explica Carrera con humor.
Lamentablemente, tanto trajín y abuso terminó por deteriorar la estructura y las canchas. Por esa razón, el Municipio de Sangolquí decidió reparar el complejo, explica el Ing. José Segovia, jefe de Fiscalización del Cabildo.
Primero se recuperó el área de piscinas hace un año; luego el área de canchas, que se inauguró el sábado pasado.
Esta segunda fase de la rehabilitación del complejo se inició el 15 de enero del 2011, explica el contratista Ing. Carlos Sánchez.
Los trabajos contemplaron la recuperación de tres secciones, en 1 300 m² de superficie total. De ellos, 670 m² corresponden a la cancha de básquet y 600 m² a las dos canchas de ecuavóley.
La intervención, explica Sánchez, incluyó la habilitación de nuevas baterías sanitarias para hombres y mujeres, duchas y vestidores y la iluminación nocturna, tanto decorativa como funcional.
Para las decorativas se instalaron 11 luminarias tipo colonial; para la iluminación de las canchas hay 16 cajas de control.
Se edificó, asimismo, una nueva cubierta con estructura metálica (galvalume) y el graderío central, que está ubicado en la mitad de las dos canchas. La tribuna cubre los graderíos y las canchas.
Finalmente, explica Sánchez, se mejoraron las caminerías y el cuarto del conserje.
Dos quioscos de comida
La intervención total en esta segunda etapa demandó de una inversión de USD 245 366,66. El plazo de ejecución fue de 120 días. Se incluyeron un área administrativa y la vivienda del conserje.
Cuenta con un patio de comidas para los visitantes. Se construyeron dos kioscos para la venta y expendio de alimentos y bebidas. Y se implementaron mesas, sillas y parasoles.