La parroquia de San Joaquín es una de las nuevas zonas de expansión de la capital azuaya. Allí, se levantó la urbanización San José.
Dos de las cuatro viviendas están terminadas. En total tienen cinco dormitorios. Un máster con baño privado con ducha e hidromasaje y un cambiador. Todo ubicado en la planta baja.
Tres habitaciones están en el segundo piso, dos con un baño compartido y el tercero con privado. Estas habitaciones están conectadas por un estar amplio, que está destinado a la distracción de los propietarios.
Aparte está la habitación de la empleada. En la planta baja también hay sala, comedor, cocina, baño social, una bodega y un ‘porsche’ de acceso tipo pérgola.
Las casas tienen 350 metros cuadrados de construcción y están emplazadas en un terreno de 700 m2. Su costo asciende a USD 187 000, incluido el terreno, señala el arquitecto, Gustavo Maldonado, de la constructora MP Arquitectura.
El financiamiento se realiza con el Banco Internacional y se accede con una entrada del 30 al 40%. El resto a un plazo a convenir con esta entidad financiera y dependiendo de la capacidad del interesado, dice Maldonado.
Los diseños guardan armonía con los inmuebles de la zona, pero se adaptaron a las necesidades de sus dueños. El arquitecto señala que en San Joaquín el lote para construir debe ser grande, de acuerdo con las normativas del Municipio de Cuenca.
Cada terreno de la urbanización tiene 700 metros cuadrados. Por cuestiones de seguridad y confort cada lote cedió parte de su espacio para ubicar un portón y una vía de acceso, parqueaderos de visitas y área para juegos.
El área verde privada se ubicó en la parte posterior del inmueble. “Los interesados en vivir en esa zona siempre piensan en tener áreas verdes”.
Además, dice, al momento de diseñar se pensó en la luz que debe tener el inmueble. Por ello, las estructuras están orientadas para aprovechar la mayor cantidad de iluminación natural.
Según Maldonado, también se consideró que sus dueños puedan admirar el paisaje que brinda la zona y que este entorno sea parte integrante del inmueble.
Otro elemento importante fue el techo. En San Joaquín la ordenanza municipal establece que el 30% del techo debe estar cubierto con una superficie de cerámica, no necesariamente con teja, señala Maldonado.
“Respetamos el entorno y decidimos colocar teja”. Pero la gran mayoría de la cubierta son losas de hormigón de 20 centímetros de grosor. Estos espacios sirven como terrazas.
Allí aplicó una innovación. “No queríamos tener tanta área desaprovechada, por lo que colocamos césped sintético para que sea aprovechado como terraza y se pueda mirar el paisaje” .
En el caso de los acabados en el interior del inmueble hay enchapes de piedra, iluminación artificial indirecta y ventanería de aluminio maderado.
El piso de la planta baja está recubierto de porcelanato. En la alta hay piso flotante de 33 centímetros de ancho. Las instalaciones de agua fría y caliente son de termofusión y tubería de cobre.
Las puertas son de madera y los muebles de cocina con mesón de granito son de la empresa Aktuell Möbel, dice Maldonado. La urbanización tiene alcantarillado y agua potable.