En un momento en que no es posible invertir en muebles nuevos o, simplemente, se quiere recuperar alguna pieza antigua o que guarda algún valor sentimental, el servicio de retapizado surge como una excelente alternativa.
En la ciudad hay un sinnúmero de negocios que ofrecen este servicio. Matrium es uno de los locales que ofrece un trabajo de mantenimiento integral.
En el local, ubicado en la Ernesto Noboa Caamaño E11-29 y Coruña, Xavier Merizalde es el artesano que se encarga de renovar la imagen de los muebles.
Él tiene 32 años de experiencia en este oficio.
Entre las herramientas se encuentran: grapadora hidráulica, cortadora eléctrica de esponja, martillo, tijeras, cuchillos, desarmadores, playos, flexómetro, escuadras, sierras, agujas y juegos de llaves, hexagonales y dados.
Una vez que el mueble llega al taller se realiza un registro fotográfico. Enseguida se desarma el tapiz y la esponja. Se revisan las uniones, ensambles, forma y resistencia de la estructura o esqueleto del mueble.
Si hay señales de fisuras, torceduras o huellas de polilla se da un tratamiento con Tequil o Maderol para el ‘curado’. Dependiendo del tamaño y forma de la pieza, esto se realiza por inmersión, con soplete o brocha.
Se vuelven a templar los resortes o se cambia los que están muy desgastados. Efectuado este paso, se recubre la estructura con un forro de cáñamo. El siguiente es la planificación y el plantillaje de la esponja que se realiza sobre pliegos de cartón duro. Se recorta la esponja siguiendo los moldes de cartón.
En el mercado hay una amplia variedad de esponjas para muebles. Merizalde explica que los colores distinguen la calidad y el precio del material. La más utilizada es una esponja verde. La diferencia, asegura Merizalde, está en la contextura y flexibilidad.
Cortada la esponja, se adhiere a la estructura con cemento de contacto. La presión y la técnica adecuada permiten moldear el material según el modelo requerido. El mueble va tomando forma y el siguiente paso es la planificación y plantillaje del tapiz.
La gama de colores de forros es amplia. Escogido el tapiz y hechos los moldes se inicia el proceso de costura. Con los forros terminados se inicia el retapizado. El chenil y el bobelino, por ejemplo, deben sujetarse a la estructura con pegamento porque tienden a deshilarse.
El resto de materiales simplemente se sujetan con la grapadora hidráulica. Esta etapa se inicia en el asiento. A medida que se van colocando las grapas también se va templando la tela.
Se continúan con el frente, los brazos, el espaldar, los costados y se termina con el respaldo.
Se realizan las costuras finales y los remates. Los cojines se confeccionan por separado. El mueble pasa por una inspección final antes de la entrega.
Merizalde asegura que en promedio el retapizado de un mueble tarda ocho días laborables. ¿Los precios? USD 75 un sofá de un puesto; USD 180, sofá de tres puestos; USD 260, el más caro.
Variedad de telas
Microfibra, microsuet, cuero y cuerina son los materiales más solicitados. En telas, las más populares son brocado, chenil, yute, damasco y terciopelo. La gama de colores es amplia.
En términos generales, un sillón de dos plazas necesita entre 10 y 12 metros de tela, mientras que para uno de tres plazas se utilizará entre 14 y 16 metros. Para una butaca se requieren entre 2 o 3 metros de tela. En el caso de una silla harán falta alrededor de 1 o 2 metros si se retapiza el asiento y el respaldo.
Los precios varían por varios factores: la complejidad del diseño, el tipo de armazón, el tipo de espuma, la calidad de la tela que irá en el forro…