El Pritzker 2012 para Wang Shu

Un ejemplo de reciclaje.   El edificio del Museo de Historia de Ningbo fue construido con restos de edificaciones derruidas y materiales y productos desechados.

Un ejemplo de reciclaje. El edificio del Museo de Historia de Ningbo fue construido con restos de edificaciones derruidas y materiales y productos desechados.

El trabajo de Wang Shu fue reconocido por el Jurado del Premio Pritzker por “su aporte a asimilar la esencia de la arquitectura vernácula y reinterpretarla y adaptarla a las necesidades de la vida actual. Sus diseños, de formas elegantes y delicadas, están inspirados en el arte pictórico chino, a través del cual ha podido acceder a la naturaleza”.

Como afirma el http://noticias.arq.com.mx, la obra de Wang Shu se encuentra principalmente en Hangzhou, lugar donde también se emplaza su estudio “Amateur Architecture Studio” que fundara junto con su esposa en el año de 1997. El nombre del despacho deriva de la idea de que “la arquitectura es algo espontáneo; es un hecho cercano a la vida cotidiana”.

Shu cree y reivindica la persistencia de la continuidad en la arquitectura, el peso de la tradición: una inquietud que despertó en él, según cuenta, cuando entre 1990 y 2000 trabajó exclusivamente junto a artesanos, adquiriendo un sólido conocimiento sobre métodos de construcción, según este portal.

De hecho, otro de los grandes intereses del despacho es, además de la interrelación entre naturaleza y arquitectura, la exploración de la evolución de la arquitectura y la preservación de las estructuras y sistemas constructivos ancestrales. De ese interés ha derivado un método de trabajo experimental, en el que pone en juego tradición y modernidad, para superar así los límites entre pasado y presente.

El reciclaje es, asimismo, un concepto fundamental en su trabajo arquitectónico.

El Museo de Historia de Ningbo (concluido en el 2005), uno de sus proyectos más importantes, es un ejemplo de ello, ya que fue configurado a partir de materiales de demolición procedentes de edificios destruidos por terremotos o tifones.

Mediante el uso de estos materiales logró una riqueza textural y visual que transmite antes la precisión del sentimiento que la perfección de la construcción.

El crítico Jesús Martínez Verón resalta, en primer lugar, la propia nacionalidad del galardonado. “China es un país emergente, lleno de contrastes pero a la vanguardia de la creatividad en muchos sentidos y desde Occidente no siempre somos conscientes de este fenómeno. Wang Shu es un extraordinario arquitecto y, sin embargo, su obra era poco conocida entre nosotros”.

El segundo aspecto relevante para Martínez es la personalidad de Wang Shu, un profesional que forma parte del amplio movimiento de renovación crítica y antitradicional de la arquitectura china (incluida la oficial) que se desarrolla en los últimos años (www.artecreha.com).

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