El rodillo es ideal para pintar grandes superficies y permite ahorrar bastante tiempo en la tarea. Esta herramienta propone un resultado parejo sin las rayas que pueden presentarse con el uso de las brochas.
Y aunque parece una herramienta de fácil utilización existen algunos truquitos para su mejor uso explica el maestro Alberto Cabezas.
Primero, escoja el rodillo más adecuado para la tarea que va a realizar, dice Cabezas.
Los rodillos de felpa pueden ser de pelo corto o pelo largo y son ideales para trabajar con pinturas al agua. Si la superficie que va a pintar es lisa, es mejor que opte por un rodillo de pelo corto. Si por el contrario tiene irregularidades, la elección se inclinará hacia un rodillo de pelo largo.
En cuanto a los de esponja, pueden servir para superficies lisas y también con irregularidades, el inconveniente de estos implementos es que absorben demasiada pintura. Como se puede prolongar el mango de un rodillo sirven para pintar partes altas, como fachadas.
Su uso es muy sencillo afirma el pintor. Se trata solo de impregnarlo de la pintura que vamos a utilizar y luego pasarlo sobre la superficie por cubrir.
Con cuidado, debe cargar el rodillo en la bandeja o cubeta, haciéndolo rodar dentro de la misma para que se moje toda la superficie. Luego, retira el exceso de pintura pasando el rodillo sobre la rejilla o zona texturada de la bandeja y… a pintar.