El edificio parece hecho con grandes espejos. Su fachada brilla y el entorno de la ciudad de Santo Domingo de los Tsáchilas puede verse reflejado en sus paredes.
En el inmueble funciona la empresa de materiales de construcción Curveglass. Su propietario, Jorge Saavedra, dice que la estructura, de dos plantas, está revestida con paneles de aluminio compuesto (Alumybond).
“Además de darle un toque moderno y de elegancia al edificio, este material es efectivo para evitar la proliferación de la humedad que es propia de Santo Domingo”, refiere el comerciante.
En la ciudad la temperatura ambiente promedio es de 21 grados centígrados y el clima es subtropical lluvioso. Es un caldo de cultivo para la proliferación de hongos y manchas en las paredes de interiores y exteriores.
Los edificios del centro de la ciudad, especialmente, lucen envejecidos y manchados por la presencia de hongos.
Max Pulla, constructor, asegura que entre 1990 y el 2000 el sector de la construcción trató de combatir la humedad con la utilización de cerámica. “Se las colocaba en las casas y edificios, pero a la larga la humedad también afectaba las piezas y las despegaba de las paredes”.
Hace años llegaron al mercado los paneles de aluminio y se convirtieron en una alternativa para el constructor. “Son efectivos y tienen una durabilidad de más de 50 años”, refiere Pulla.
Al ser moldeables (se doblan como hojas de lata) se puede crear varios diseños, especialmente para las fachadas de las viviendas o edificios, agrega el constructor. Él ha edificado más de 10 inmuebles con el material y ha logrado formas curvilíneas. “Nos permite ser más creativos”.
Los paneles se comercializan por metro cuadrado. Los que se utilizan en exteriores (más resistentes) tienen un espesor de cuatro milímetros.
Se colocan como si fueran baldosas. En la empresa Curveglass se comercializan unos 2 000 metros cuadrados del material de forma mensual.
Renzo Zurita, otro constructor de Santo Domingo, considera que estos paneles son una respuesta definitiva a los problemas de la humedad en interiores.
“Con la adhesión de las placas se evita que el agua lluvia se filtre por la pared y se creen esas manchas negras y verdes. Incluso tengo entendido que se están haciendo también paneles de PVC para el mismo fin”.
Saavedra dice que para los interiores los paneles deben tener un diámetro de 3 milímetros para que sea más fácil doblar las placas y colocarlas en las paredes.
De ahí, agrega, el mantenimiento es simple. “Con agua o alcohol se pueden mantener limpios. No se necesita de componentes químicos especiales”.
Además, las placas conservan el color y no necesitan ser pintadas cada año, como ocurre con las edificaciones que son de hormigón armado.
El pintor Alberto Sanpedro dice que limpiar la humedad de las paredes y pintarla cuesta en promedio USD 800, si se trata de una vivienda de dos pisos.
“Ese gasto podría convertirse en ahorro con las láminas de aluminio”, sostiene Pulla. “Es ideal para las viviendas de estratos medios y altos. Por el precio yo no la recomendaría para las urbanizaciones de corte popular”.
El único detalle que noto en Santo Domingo, sostiene Zurita, es que todos los edificios que fueron revestidos con este material son del mismo color y eso hace que luzcan iguales.
En la percha de Curveglass se hallan planchas y son de varios colores: azul, blanco, rojo, dorado, celeste. “El gris es el más demandado por la sobriedad y elegancia que denota”, señala Saavedra.