En el ingreso a Miravalle se levanta un espacio cultural

En el cuarto de artes, con piso flotante, se dan clases de pintura, dibujo, moldeo de cerámica, entre otras. Foto: Paúl Rivas/ EL COMERCIO.

En una ciudad grande, el tiempo apremia si se desea practicar actividades extraescolares o fuera de las horas laborales.
Preocupada por esa realidad, Carla Toro dio vida a un proyecto formativo en una zona residencial de Cumbayá: Miravalle. Al lado de la gasolinera al ingreso se levanta el espacio cultural Kay.
Dos pisos dedicados a oficinas se destinaron para el arte, desde hace dos años. Entre las adecuaciones se derribaron paredes para tener una sala de danza: ballet, contemporánea, árabe y fusión. El cemento cedió ante el piso flotante y las paredes adoptaron al gypsum.
La iluminación en la estructura es LED. Otra habitación se convirtió en el taller de pintura (acuarela, óleo, etc.) y cerámica. En el primer piso se optó por un espacio infantil, con niños de hasta 12 años, para clases de música y danza.
El audio es de alta fidelidad, porque en el lugar suelen desarrollarse presentaciones artísticas de distinta índole. En el techo se eliminó por completo el cielo falso para aplacar el calor y mejorar la acústica.