La 51 edición del Salón se desarrolló del 17 al 22 de abril pasado, para profesionales; y 21 y 22, para todo el público.
La 51 edición del Salón tuvo a 2 700 marcas de todo el mundo, repartidas en el Salón Internacional del Mueble, la Exhibición Internacional de Accesorios de Muebles, el Salón Satélite para diseñadores jóvenes, la Exposición Bienal EuroCucina, la Exhibición Internacional de Muebles de Cocina) y la Exhibición Internacional de Baños.
Como cuenta el portal www.laminova.com.ve, al recinto ferial acudieron 330 000 personas. El evento fue visitado por figuras políticas italianas, incluyendo al primer ministro Mario Monti, destacando la importancia de la exposición para la economía.
Este año se apreciaron diseños menos extravagantes y productos enfocados a su funcionalidad, quitándole protagonismo al creador y dándoselo al objeto, exaltando la sobriedad en el diseño.
En palabras de Marco Romanelli, arquitecto encargado de ilustrar las nuevas tendencias, “El diseño debe tener en cuenta el impacto de la crisis económica (…), ello obliga a una nueva interpretación de los productos, más funcionales, sin provocación”.
Entre lo más destacado estuvo la muestra ‘Ghost’, del francés Philippe Starck para la célebre firma Kartell, una serie de sillas y sillones en plexiglás transparente, además de mesas con forma de cubo de hielo y variantes de butacas, taburetes y asientos cromados, algunos en tonos pastel.
En otro pabellón, la firma Vitra reinterpretó los clásicos de los años 40 y 50 firmados por Jean Prouvé, entre ellos el célebre sillón Solvay, en madera natural y metal gris. Otro diseño que cautivó a los visitantes fue el modelo de sillas Nemo, de la firma Driade, obra del italiano F. Novembre.