La mejor forma de lijar una superficie de madera

El taco o tarugo es indispensable para una lijada a mano uniforme, segura y rápida. Puede ser de madera, plástico...

Lijar a mano una pieza de madera u otro material, del tipo que sea, es una de las tareas que, tarde o temprano, tiene que realizar una persona en su hogar.
¿Cómo hacerlo? Es fácil, explica el carpintero Jorge Hurtado. Primero hay que escoger el grosor de la lija: para desbastar deben ser granos más gruesos; para retoques, granos finos.
Luego se corta el papel de lija. Apoye la medida deseada sobre el canto de una tabla y tire de él rasgándolo. No es bueno usar tijeras o estiletes porque pueden cortar mal y provocar accidentes.
Luego, consígase un taco de madera u otro material duro (plástico) para envolver sobre él el pedazo requerido. Este taco, afirma el maestro Hurtado, debe tener el tamaño adecuado para que usted lo manipule con seguridad y sin esfuerzos.
La lijada debe ejecutarse siguiendo el mismo sentido de la veta de la madera. Algunos modelos tienen flechas que indican el sentido de la lijada en la contracara. Para los cantos muy delgados o de acceso difícil puede trabajar sin el taco.
Otro aspecto para tomar en cuenta antes de lijar una madera es la calidad de la lija: cada una tiene unas medidas diferentes y, lo más importante, un grano distinto. Las medidas más habituales en cuanto al grano suelen ser de: 60 (fino), 100 (medio), 150 (grueso). También los hay de 180, 240 y 400, pero no son comunes.
Cuanto más fino sea el grano de la lija menor será la capacidad abrasiva de la misma y, por tanto, a mayor grano mayor desbaste abrasivo.
Las lijas de grano fino sirven para acabados de más calidad y se usan en maderas más finas. Las de grano grueso son ideales para desbastar una mayor superficie y para materiales toscos o que no precisan de acabados muy delicados.