A sus 53 años, Hermel Espinosa visualiza sus diseños por métodos raros, como los sueños y las formas presentes en cosas ordinarias como las hojas de los árboles o un balón de fútbol. Su pasión por el mundo de la madera se inició hace 22 años.
Este maestro recuerda sus primeros pasos en el mundo laboral, en la empresa Poliplás, fabricante de muñecas. Empezó desde la limpieza hasta llegar a ser gerente del área de Diseño. Muchos de los conocimientos adquiridos allí -con el tiempo- le han servido para realizar creaciones únicas e irrepetibles.
Después de dejar Poliplás, hace 15 años, abrió su propio taller. Este estaba ubicado en la Ciudadela Ibarra, en el sur de Quito. Con sus primeras creaciones fue proveedor de grandes cadenas de almacenes de muebles.
Hace cinco años se cambió de ‘casa’ y se asentó en el km 7 1/2 entre Miravalle 4 y Tejas Cotopaxi, en el sector de Cumbayá.
Allí cuenta con la maquinaria necesaria para armar, preparar, y dar acabados a todo tipo de muebles de madera.
Este creador trabaja únicamente con madera sólida como seike amazónico, y el ciprés y el pino costeños. Su pasión es la creación de mobiliario de líneas originales que, “lamentablemente, son muy copiadas por la competencia”.
El proceso por el que pasa el material es técnico, riguroso y minucioso. Cada uno de los diseños está hecho a la medida de los clientes y cumple especificaciones de utilidad, diseño, dimensión y detalles. Todo esto con el gusto y presupuesto de cada cliente y un asesoramiento personalizado.
Actualmente tiene un equipo de trabajo de 10 personas. Además, su esposa y dos de sus cuatro hijos le ayudan en el negocio.
Espinosa comenta que en el caso de los troncos, es él quien realiza todo el proceso.
Según los gustos del cliente, los muebles pueden ser de diferentes colores. Solo se deben colocar distintas capas de tintes para conseguir el tono correcto.
Este artista de la madera fabrica ‘muebles para amar’. Dentro de sus creaciones se pueden encontrar camas, cómodas, clósets, artículos de menaje , biombos…