El poliestireno expandible (conocido comúnmente en el mercado como espumaflex) tiene una trayectoria de más de 30 años, desde que se empezó a utilizar como material aislante en Europa y Estados Unidos.
Este producto se utiliza en el país como aislante térmico y acústico pero, últimamente, su uso se diversificó y ahora se usa en la construcción de cuartos fríos, floricultoras, discotecas, cabinas de sonido… Su más reciente aplicación es como un sistema constructivo completo.
Este sistema constructivo, a más de los paneles portantes, se complementa con otra variante: los paneles decorativos para los cielos falsos o cielos rasos, que pueden adquirir diferentes texturas, idénticas a las de la fibra mineral o el yeso.
Los paneles están conformados por un núcleo central no tóxico, autoextinguible, recubierto por ambas caras con mallas de acero electrosoldado. Vienen en dimensiones de 1,05 metros de ancho por 2,40 de alto. Como son livianos son fáciles de transportar a los lugares más escarpados como montañas o los sitios más alejados del país.
En lo que tiene que ver con el alivianamiento de las losas, Santiago Fajardo, de Poliexpandidos, comenta que los bloques macizos de poliestireno son utilizados como rellenos pasivos. “No alteran sus dimensiones por la dilatación y tienen una rigidez y capacidad de soportar los esfuerzos de compresión a los que están sometidos en obra. Se fabrican industrialmente a la medida de los planos, con flexibilidad de formas y tamaños”.
El EPS es, además, un material que pese a que es derivado del petróleo no es inflamable. Reduce el desalojo de desperdicios y basura generados, volviéndola una obra más limpia.
Manuel Mera, gerente de Panecons, explica que el Hormi2 es un sistema integral de paneles modulares cuya función estructural es garantizada por dos mallas de acero galvanizado electrosoldadas, unidas entre sí a través de conectores de acero también galvanizado, formando una estructura espacial que encierra en su interior una placa de poliestireno (EPS) expandido, moldeado y perfilado.
Una vez ubicados los paneles para las paredes y/o losas en la obra, añade Oswaldo Calderón, de la misma fábrica, a través de medios neumáticos se cubren las caras de los paneles con una capa de 3 cm de microhormigón de las resistencias estructurales que se hayan solicitado.
En el país, Panecons ha instalado cerca de 1 500 unidades de vivienda en todo el país. Son 500 000 m² de producción.
Santiago Navas, ingeniero de obra del conjunto Bosques de Carcelén, afirma que entre las ventajas de este material está también que es un sistema de fácil transportación e instalación. Mejora el rendimiento del personal contratado en obra, y existe una reducción de personal especializado por la misma vialidad del material.