Rocas de piedra arenisca petrificada son el acabado final de los muelles para embarcaciones de pesca artesanal construidos en los enclaves marinos San Mateo y Jaramijó, al suroeste y noroeste de Manta, respectivamente. Están en un 90%.
El muelle multipropósito de Jaramijó está a cargo de la empresa Tunaserv. Se ubica en la zona conocida como el Peñón del Diablo, por los 120 m de altura de su acantilado. Su construcción dio un giro total al ornato de este pueblo de pescadores artesanales.
Raúl Paladines es el asesor técnico de Tunaserv. “Los trabajos portuarios devolvieron la autoestima a los habitantes de Jaramijó. Hace dos años que terminamos los brazos corto y largo, dando forma a la dársena (espejo de agua similar a un lago, pero de agua salada) la gente empezó a guardar sus lanchas en el muelle”.
Un muelle empieza por la conformación del espigón (brazo de roca). En el caso de Jaramijó, Tunaserv utilizó piedra basáltica negra en los 620 m entre los brazos corto y brazo largo. La piedra fue extraída de las canteras de Chorrillo, en Montecristi; y de Picoazá, en Portoviejo.
El material es transportado en volquetes. Luego se va acopiando poco a poco en el área establecida, según los planos. Desde allí, por el sistema de acumulación va formando el brazo que luego sobrepasa el espejo de agua, hasta llegar a los 6 m.
Es una especie de cuadrado (dársena) con un canal de ingreso. “Ese canal facilita el acceso de las embarcaciones artesanales. En el caso de Jaramijó, la dársena está en uso desde noviembre del 2010”, agrega Paladines.
Una vez formado el espigón hay que recubrirlo, para evitar que el golpeteo de las olas dañe la formación rocosa. Para ello se usa piedra arenisca petrificada. Son rocas de una hasta 15 toneladas de peso. Todo el material llega en volquetes desde las canteras.
Con la ayuda del brazo metálico de una retroexcavadora se raspa la roca. Las rocas más pequeñas, de una tonelada de peso, sirven como cuñas. Después del proceso de colocado de rocas el espigón está terminado y listo para ser la casa de las embarcaciones menores. Entre la dársena y el área de edificios, este muelle tiene una extensión de 9 hectáreas.
En San Mateo, la empresa Consermin realiza un trabajo similar. El muelle es visible desde la vía costanera. Esta infraestructura portuaria está ubicada al pie del acantilado de San Mateo.
El brazo largo de este muelle mide 700 m; el corto 300. Esta obra forma una especie de trapecio estilizado. Llega a los 6,80 m desde el fondo marino hasta pasar el espejo de agua.
En este muelle se utilizaron 80 000 m³ de piedra caliza traídos desde las minas de Portoviejo. Entre el terreno ganado al mar y las zonas en tierra firme, el complejo del muelle llega a las 20,7 hectáreas.