La idea de construir Luna Runtún nace en 1992, en la isla Santorini, en Grecia, luego de una visita familiar, cuenta Carmen Luna.
Esa isla es un cráter que se partió en dos hace miles de años y el mar atraviesa por la mitad, muy parecido a Baños.
Cuando estuve en la cima, después de haber subido en teleférico, supe que el lugar para construir un hotel sería Runtún en Baños Tungurahua.
El testimonio de la dama continúa. “Mis abuelos tenían tierras en este caserío que pertenece a Baños. La propiedad la heredó mi padre Daniel Luna. Nos faltaba una parte, y le propusimos a un campesino que tenía sembradíos de tomate de árbol, que nos vendiera cinco hectáreas”.
La propiedad valía unos USD 5000. Pagaron cuatro veces más, pero sabían lo que querían.
Contacté con el arquitecto Patricio Falconí. Él levanta sus proyectos con madera, piedra labrada a mano, ladrillo, y teja artesanal. Era justo lo que yo quería y lo que le gusta al turista. Así levantamos una primera etapa.
En octubre de 1999 erupcionó el Tungurahua y estuvimos tres meses viviendo afuera, expresa Luna. La ciudad entera quebró.
En diciembre de ese año se reunieron en Pelileo 200 baneños y bajaron a Baños. Caminamos el día entero por las montañas. Pero llegamos con machete en mano. Al siguiente día sacamos a los militares de nuestro cantón. Ganada la batalla, las autoridades nos dejaron seis meses sin teléfonos, hospitales, escuelas.
Luchamos a morir hasta tener estos servicios básicos…
Luego había que convencer a los turistas que vengan. Vi que la única opción era formar la Cámara de Turismo de Baños. Me dediqué dos años, a tiempo completo, como presidenta a promover Baños. Así nos levantamos.
Para obtener más ingresos pensamos en un spa. Hablamos con los proveedores para que nos esperen los pagos. La remodelación costó USD 25 000.
A los seis meses el dinero escaseaba, sin embargo terminamos la construcción y arrancamos con Luna Runtún The Adventure Spa.
Nos faltaban piscinas para el mercado ecuatoriano, teníamos USD 20 000. Mi esposo, Olivier Currat, quería algo espectacular en el filo de la montaña.
Él es audaz. Después de reunirse con Falconí, él dijo que costaría USD 300 000. ¿Qué hacemos?, me preguntó, no tenemos el dinero. Yo le dije empecemos. La obra inició con 30 albañiles.
En julio del 2006, el Tungurahua erupcionó. La lava llegó a cubrir seis kilómetros en la entrada a Baños. ¿Y ahora?, nos preguntamos con mi cónyuge.
El turismo desapareció de Baños una vez más… y yo dije: preso por 1 000, preso por 1 500. ¡Da igual, esto tiene que pasar Y continuamos construyendo.
Nos endeudamos en las tarjetas de crédito de toda mi familia para conseguir unos USD 100 000.
Los turistas pedían un café con vista panorámica. Nos sobró un hueco debajo de la terraza de la piscina, mi esposo me indicó y me preguntó ” ¿Qué le parece el café aquí? Perfecto, conteste, y así nació la estrella de Luna Runtún: ‘El café del cielo’.
Luego la gente pedía suites. En enero del 2010 comenzamos a renovar las alcobas existentes, convirtiéndolas en suites de 72 m², con cama king, hidromasaje, balcón, chimenea y todo lo de ley de un 5 estrellas. Actualmente tenemos el 50% de las 28 habitaciones convertidas en suites.