Los hornos al estilo antiguo son una tradición que se mantiene

Este horno se fusiona a un mesón de servicios en una vivienda de Tanda. El material utilizado es el geobloque. Fotos: cortesía y alfredo lagla  / el comercio

Este horno se fusiona a un mesón de servicios en una vivienda de Tanda. El material utilizado es el geobloque. Fotos: cortesía y alfredo lagla / el comercio

El fuego es vital para la vida humana, explica el arquitecto Fernando Hinojosa, especialista en construcción tradicional. "Por esa razón, el uso de los hornos de barro siempre será un atractivo en la casa".

Esta alquimia de meter los alimentos crudos y que salgan cocinados es maravillosa, explica Hinojosa. "El horno de barro tiene estas características. Ahora es todo un ritual construirlo en la casa de uno, un verdadero acontecimiento".

El horno tradicional de barro, corrobora el arquitecto Ramiro Soasti, es un espacio especial, que generalmente se levanta en el portal, muy ligado a la cocina ¿Cómo se construye un horno de barro? Primero, dice Hinojosa, se construye una plataforma de ladrillo y piedra.

La última capa, que tiene unos 25 cm, se fabrica con pedazos de piedra, ladrillo fractal, pedazos de metal, vidrio, cerámicas y arena.

Esta amalgama dará como resultado una capa que no se trizará y guardará el calor deseado. El cuerpo del horno, añade el experto, puede tener varios diseños y no debe ser muy grande, ya que se necesita llenarlo de calor.

La ayuda de una piola usada como eje, clavada con una punta en el centro de la base del horno, dibujará un radio esférico y facilitará la consecución de forma del horno, continúa Hinojosa.

Un elemento es vital para la fabricación de un horno es el barro. Este debe ser del mismo terreno donde se colocará. Su tratamiento es una verdadera tarea de alquimista y cada maestro tiene su método.

Fernando Hinojosa anota la suya: se mezcla un 70% de tierra negra o arcillosa cernida, con algo de pasto seco picado (paja brava). El resto es majada de vaca o caballo, con la cantidad de agua necesaria para que el resultado final sea un pegamento plástico maleable.

Hay que dejarlo fermentar por lo menos 15 días, en un recipiente grande con un aislamiento -en la base- de polietileno grueso para que no se seque. También se cubre con plástico.

Soasti añade a este mortero agua con melaza (panela líquida). Este es el secreto para que el horno conserve mejor el calor interior, dice.

Pero este tipo de construcciones de hornos tradicionales tiene émulos. Hay otras formas y otros procesos de ejecución; pero casi todos siguen los mismos procedimientos.

Lo que varía son los materiales que se utilizan en su fabricación. Estela Espinosa y Pedro Zeas, del taller Geoarquitectura, utilizan el geobloque, un material que ellos patentaron y que combina el cemento con la arcilla de primera calidad.

Este adobe ecológico se comprime en una prensa. Los bloques sirven para fabricar paredes de 15 y 30 cm de espesor, que son las usuales en este sistema constructivo. Este geobloque puede emplearse visto; es decir, sin enlucidos ni revoques sino solamente con una mano de laca natural.

Pero los hornos fabricados con ladrillo con revoque o enlucidos también son efectivos. En conjuntos como El Descanso, de la Constructora Galarza, se fabrican en casi todos los patios traseros de las casas. Y no necesitan de mucho espacio. En un terreno de 2 x 3 metros ya se puede construir uno. Desde en 1 m² ya se puede colocar un horno.

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