Ya no son privilegio de los grandes inmuebles, casas de campo o casonas. Ahora es posible tener un bonito patio trasero con jardín en la propia casa, aunque esta sea solamente de 70, 80 o 100 m².
Con la disminución drástica de los espacios caseros -incluidos los patios, porches o áreas verdes- los patios traseros habilitados para el descanso, la integración familiar o la interrelación social ganan protagonismo. Y se diseñan con mayor asiduidad.
Ahora, con lo caro que está el m² de terreno, hay que aprovechar todos los espacios disponibles para mejorar el hábitat del hogar. Será por eso que la mayoría de conjuntos residenciales incorpora un área de este tipo en cada unidad habitacional.
Una superficie de 20 m² ya puede ayudar a tener un patio recreativo de buenos estándares. En esa área ya se pueden acomodar los elementos básicos que debe tener un patio de recreación funcional: plantas, mobiliario, el sitio para las mesas de comidas o reuniones, el asadero…
La jardinería en estos espacios se debe concebir como un conjunto fragmentado de minijardines con límites decorativos y agradables en sus perímetros. Pero se debe tener cuidado con que sea armónico y no una mezcla disonante ni monótona . Lo recomendables es utilizar las plantas propias de la zona. Un pedazo de césped siempre ayuda a mejorar el atractivo.
Otro elemento vital en este tipo de estancias es el recubrimiento de los pisos que lo necesiten, como las caminerías, los decks (especies de tarimas que van sobre el suelo). Estos deben ser resistentes al alto tránsito y a los factores naturales como las lluvias.
Así usted tendrá un espacio relajante y que pueda mostrar a sus amigos y familiares. Cosa que, aunque lo neguemos, siempre nos halaga.