El término diseño escandinavo se utiliza para describir un estilo de productos que empezaron a diseñarse en 1930. Se basa en los paisajes naturales de Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca, así como en los materiales que producen sus recursos.
Más adelante, este estilo, también llamado nórdico, se convirtió en referente para el desarrollo del diseño moderno.
Parte de ese éxito se debe a las grandes cadenas de decoración que se pusieron al alcance de todos los públicos, como la sueca Ikea o su colega danesa BoConcept. La primera, no tiene almacenes en el país, todavía; y la segunda, orienta sus productos a públicos más exclusivos.
De hecho, la semana pasada BoConcept puso en la órbita nacional su último concepto decorativo en el mobiliario y los accesorios decorativos.
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Esta nueva propuesta, explica Marcelo Bastidas, mantiene las líneas sencillas, rectas y simples que caracterizan al minimalismo, pero le adiciona perfiles, ángulos y colores que suavizan el frío de ese estilo.
Y aunque blanco y negro siguen de protagonistas del diseño, se ven atemperados por el uso de colores fuertes en algunos muebles, como los sofás o los canapés. Los tonos son de moda -turquesas, lilas, verdes, amarillos- y ciertos elementos, como las lámparas, se llenan de curvas, sutiles o definitivas.