Se dibujan destellos multicolores que parecen moverse junto a la corriente del estero Salado. El agua parece danzar al son de una música que emerge de todos los costados.
Allí, en medio del agua salada, chorros de agua se levantan para mostrar un espectáculo inédito en uno de los ramales del estero, usualmente señalado por su contaminación. La Fuente Monumental de Agua la construyó el Municipio como parte de la regeneración urbana de la ciudad.
La obra fue inaugurada el domingo pasado y, de inmediato, llegaron turistas y habitantes de Guayaquil para conocer esta obra urbanística única en la ciudad.
Consiste en una serie de chorros de agua, en diferentes formas y altura, que a través de tecnología cibernética por un sistema de iluminación LED que permite alumbrar la pileta, tanto con luz blanca como con 16 millones de combinaciones distintas.
Tanto de día como de noche, la fuente es un atractivo entre los puentes Cinco de Junio, en la avenida 9 de Octubre, y del Velero, en la avenida Barcelona.
Ese sector regenerado recibe unas 700 000 personas al mes. Con la nueva fuente se calcula que aumentará a 1 millón.
La pileta fue concebida y contratada por el Municipio de Guayaquil. La obra civil, cuyo costo alcanza los USD 3,8 millones, fue diseñada y ejecutada por la firma Ghesa, Ingeniería y Tecnología SA, empresa española con sede en Madrid pero con presencia en varios países. Su representante en Ecuador es la compañía Hispaniworld SA.