Los espejos imponen su plus en las estancias

Los enmarcados en vitrales de mosaicos, con figuras y reanados en los espejos son la tendencia en Ibarra. Foto: José Mafla/EL COMERCIO

Los enmarcados en vitrales de mosaicos, con figuras y reanados en los espejos son la tendencia en Ibarra. Foto: José Mafla/EL COMERCIO

Los enmarcados en vitrales de mosaicos, con figuras y reanados en los espejos son la tendencia en Ibarra. Foto: José Mafla/EL COMERCIO

Los espejos se han vuelto elementos esenciales en la decoración de casas y oficinas. Estos accesorios pueden dar un toque distinto dependiendo de sus texturas, formas y diseños.

Los tradicionales marcos de madera han dado paso a novedosos modelos como el vitromosaico o sandblastes glass (arenado de vidrio).


Esa es una de las especialidades que ofrece el diseñador gráfico Fabián Ruiz, en su taller Vitralite, en Ibarra.
El artesano asegura que le apuesta a la decoración de espacios con piezas hechas a la medida y siguiendo las sugerencias del cliente.


En su almacén, situado en la calle Oviedo 10-38 (Redondel Cabezas Borja), resalta sobre una pared blanca una mampostería con figuras en vidrio cuadradas y rectangulares de tonos rojo, café y naranja.


Ese marco, que mide 60 x 90 cm, decora a más de ser útil. 
Este decorado de vitromosaico está pegado sobre un soporte o tambor de madera.

Ruiz es un reciclador de cristales, por eso le ve utilidad a prácticamente en los fragmentos de vidrio que llegan a sus manos. 
Los espejos también tienen sus secretos. Deben estar en un sitio estratégico, con luz.

Pero, sobre todo, deben captar la imagen completa de la cabeza y los hombros. Las dimensiones usuales son las estándares (40 x 60 cm y 60 x 90 cm). 


Curiosamente, en los últimos años las personas ya no quieren ver solo su propia imagen, explica Ruiz. Las últimas tendencias son adicionar a los espejos esmerilados los rostros de personas queridas, familiares, artistas o cómics. 


María Paspuel, amante de los cristales, por ejemplo, hizo grabar la foto de su hijo Stalin.
También hay quienes prefieren los espejos con diseños de lirios, rosas, cartuchos, orquídeas, entre otros.
Otros espejos con demanda son los enmarcados con vitrales en mosaico.

Pueden ser circulares, ovalados, cuadrados o asimétricos. La forma está determinada por la línea de diseño de paredes y muebles.


El artesano recuerda que una de sus clientes, Priscila García, le solicitó un espejo denominado vestidor que tiene el tamaño de una persona.

Sobre una puerta blanca sobresale el cristal que tiene vitrales en tonos café, amarillo y blanco.
Estos objetos utilitarios se comercializan entre USD 45 y 160 por unidad.

El precio final depende del modelo y la técnica con la que estén elaborados. En todo caso, Fabián Ruiz garantiza que son piezas únicas.

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