El sur de la ciudad de Esmeraldas se ha convertido en el nicho preferido de las firmas inmobiliarias. Hay terrenos disponibles y planes municipales para dotar de servicios básicos. Además, ahí están cuatro complejos turísticos de agua dulce, que son un escape para los esmeraldeños que buscan una alternativa a la playa.
A lo largo de la vía San Rafael-Vuelta Larga se observan distintos modelos de casas de una y dos plantas. Son de colores verde, naranja, blanco y azul cielo. Ahí hay dos de los cinco proyectos de viviendas, que están en ejecución.
Uno de esos programas está dirigido a los profesores de la Universidad Técnica Luis Vargas Torres. En la urbanización Malibú se construyen casas dirigidas a personas de estrato medio alto.
Los planos de las viviendas están sobre los bloques. Los constructores observan cada detalle de una de las casas denominada Lourdes. El nombre es alusivo a uno de los 20 modelos que oferta la firma Malibú.
Las casas tienen sala, comedor, cocina amoblada, dormitorio principal con clóset, dos dormitorios secundarios también con clósets, tres baños, cerramiento, cisterna con bombas y dos parqueaderos. Son de 127 m² con cubierta de cemento. Pero también se ofertan de 168, 130, 109 y 106 m², con 2, 3 y 4 cuartos. También hay casas de un piso.
Se priorizan los ventanales, por ser un área despejada y rodeada de vegetación. Así, los residentes pueden tener un contacto visual directo con el entorno.
Los colores varían de acuerdo con los gustos. El blanco, rojo, naranja y amarillo son los que más se utilizan en ambos proyectos. Todas las casas llevan porcelanato importado, gradas con tablón de caoba lacado, mesón de cocina de granito de mármol y armario de madera maciza tropical.
Los precios van desde los USD 65 000 hasta los USD 160 000. El 40% se financia a 5 años plazos, según Washington Ayora, responsable del proyecto Malibú. El resto, con la banca o el Biess.
Los proyectos contemplan 400 viviendas. El programa de la Universidad ha avanzado en una primera etapa. Se han levantado 52 casas; 12 están en venta.
Guido Cortez, un empleado de la Universidad interesado en una casa, dice que las condiciones crediticias han mejorado.
Ahora pueden acceder a recursos a través de sus organizaciones gremiales como el Corpo Cesantía. El promedio de ingreso de maestros está entre los USD 600 y USD 1500 al mes.
Jorge Reyes dice que se han pensado en casas para ese ‘target’. Hay modelos de 64, 82 y 104 m², de uno y dos pisos.
Ofelia Tenorio es una de las propietarias de una de las viviendas que ya fueron entregadas. Ella compró una hace tres años en USD 27 000 y hoy está cotizada en USD 50 000. Los pisos son de cerámica, escaleras de cemento y tiene cuatro cuartos y dos baños y otro cuarto principal.
Los universitarios y empleados del sector público pueden adquirirlas en este sector de la ciudad.