Una escuela que fusiona adobe, bambú y acero

La volumetría está determinada por las torres de superadobe y las aulas de bambú. Foto: www.designboom.com

La volumetría está determinada por las torres de superadobe y las aulas de bambú. Foto: www.designboom.com

La volumetría está determinada por las torres de superadobe y las aulas de bambú. Foto: www.designboom.com

El japonés Watanabe Kikuma, arquitecto del Laboratorio de Diseño de Sistema Medioambiental, tiene una meta trazada: ayudar a contrarrestar la pobreza en poblaciones aisladas. En el 2013 fue el turno de Shanghlabri, un pequeño pueblo situado en Tailandia.

En su mayoría, la gente de este lugar está compuesta por inmigrantes y huérfanos. Además, los padres de familia no poseen los recursos suficientes para criar a sus hijos; por ende, las condiciones para educarse no son las adecuadas.


Sin embargo, un profesor reunió a sus alumnos para consultarles cómo idealizan la escuela de sus sueños. 
Uno de ellos, cuenta el portal Designboom (www.designbomm.com), presentó un dibujo de un buque volador, que finalmente fue el modelo escogido para hacerlo realidad.

La imagen, adaptada a una maqueta arquitectónica, se construyó con tres bases en forma de cúpula, hechas de superadobe.

Este consiste en costales de tierra mejorados agrupados de tal manera que formen muros. Muchos especialistas creen que es el método más barato que existe y, también, uno de los más prácticos para realizar construcciones permanentes, ecológicas y seguras.

La parte superior es una estructura ligera de acero, con acabados de bambú y techos de paja, que dan la forma de un barco elevándose al cielo, precisamente el nombre que escogió el alumno para bautizar a la escuelita:

‘El arca del arco iris elevándose al cielo’. 
Watanabe explica que las cúpulas son consideradas como “plataformas de lanzamiento” que suministran la energía de la madre tierra a la nave.


En la práctica, estas estructuras están destinadas para la oración, la una, y para un aula en tierra, la otra. La forma esférica de la base genera un interior cálido y da mayor comodidad a los niños, explica Designboom.


Dentro de este ‘barco’ de 
126 m² funciona una sala budista y un área de aprendizaje. Posee un techo de paja alargado, que cubre prácticamente a toda la escuela.

Sin embargo, no se construyeron paredes laterales, lo que permite el paso de una suave brisa, dando la sensación de estar navegando en medio del océano. 


Tras su finalización, la escuela se convirtió en un lugar de orgullo para la comunidad de Shanghlabri, no solo por su innovadora forma sino porque los lugareños colaboraron en su construcción. Ahora todos los niños tienen un espacio para disfrutar mientras estudian, juegan y rezan cada día.

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