Todo comenzó cuando le tocó hacer su tesis de grado. Yolanda Cueva y su esposo, Antonio López, iban todas las noches al Centro Histórico a buscar en la basura.La meta era encontrar cualquier material que pueda ser utilizado en los diseños que Yolanda, la ya ahora arquitecta, tenía dibujados en su cabeza.Caminaban recogiendo cartones, papeles brillantes, cajas de huevos, tubos de papel higiénico o de toallas absorbentes… Y es que, como dice Yolanda, “muchas de las cosas que para los demás son basura, a mí me sirven”.Con orgullo muestra su trabajo. Lo primero es, cuenta la artesana, diseñar lo que se va a construir o elaborar. “Yo hago mis bocetos con lápices, sobre hojas de papel bond. Luego los voy mejorando en la computadora”.Una cartuchera colegial guarda a sus compañeros de trabajo. Hay lápices, crayones, marcadores… de todos los colores. Claro, no pueden faltar los estiletes que tienen diferentes fines.Una de sus fortalezas es crear mobiliario infantil. “Si analizamos el mercado, nos podemos dar cuenta de que la oferta de muebles para niños de entre 2 y 3 años es casi inexistente. Mi objetivo es apuntar a ese público”.Entonces el cartón es la materia prima. Prefiere las cajas grandes, las de los electrodomésticos o artículos de línea blanca porque son más resistentes. También están las cubetas acartonadas en donde vienen los huevos.Pero también se pueden utilizar tillos, latas, tarros… “A lo mejor no les dejo con la misma forma pero les doy diseños innovadores que son estéticos”.Ya con el boceto, se procede al corte, cuenta Cueva. Para esto hay que definir la herramienta. Un estilete casero sirve para el papel del forro del mueble. “Regularmente utilizo papel de regalo o sus sobrantes. Lo bueno de reciclar es que podemos utilizar todo, hasta el último pedazo”.El papel es un material que ayuda porque además de darle color al cartón es muy fácil de utilizar y de limpiar. Otra de las cosas que Cueva usa a menudo es la lona. “En muchas fábricas la botan luego de aplicarla pero yo la recojo y la pongo como forro de los muebles para que no se vaya comiendo el cartón”.Para el pegado se usa goma blanca. Si bien es cierto, este tipo de mobiliario no está diseñado para ser utilizado en agua, tiene una garantía en su fortaleza. Resiste cualquier tipo de peso y edad. “Es una variable muy importante, ya que depende de las flautas (es lo que esta en el medio de los cartones) que se utiliza, el cartón corrugado es muy duro”.En cuanto a los costos, si el reciclaje se hizo al 100%, el valor de los dos módulos (mesa y silla) es de USD 17, mientras que si en el mueble se empleo otro tipo de materiales, cuesta USD 60. Otra de las aficiones de Cueva es trabajar a mano. Fabrica una tela de cabuya con la que se elaboran lámparas de diferentes tonalidades y texturas. “Las cosas más naturales transmiten sensaciones distintas y novedosas”. Asimismo, y con la ayuda de su esposo, a quien le gusta más el trabajo con madera, diseñaron y fabricaron sus muebles de sala. La forma es muy moderna al igual que los colores, “tienen una tendencia minimalista. Sin embargo, en el caso de que sea necesario también pueden optar por el estilo clásico. Eso es lo bueno de un diseñador: que puede transformar cualquier producto de la imaginación”.