Antes de la adquisición

Con una frecuencia mayor a la normal se observa la actividad de algunos deshonestos que, escudados tras el membrete de promotores inmobiliarios, esquilan sin piedad a quienes, con la fe más candorosa del mundo, confían en ellos y les entregan su dinero a cambio de un inmueble.

Un inmueble que, al final, solo es como el vallenato de Escalona: una casa en el aire.

Esta situación puede convertirse en la pesadilla de los incautos, la mayoría de los cuales hacen ingentes sacrificios para obtener su ‘techito propio’, una de las aspiraciones de todo ser humano.

Los corredores inmobiliarios saben, por boca de los propios interesados, la importancia de ese trascendental paso que, además, incluye importantes sumas de dinero. Sumas que, posiblemente, nunca puedan volver a reunir.

Por eso, antes de comprar un bien, blíndese lo mejor posible para que sea un blanco menos fácil.

¿Qué debe hacer? Entre otras cosas, averigüe: ¿quién es el dueño de la firma? ¿Cuánto hace que está instalada? Corra al Registrador de la Propiedad y constate que la empresa sea dueña del lote y no tenga impedimentos. Haga lo mismo en la Superintendencia de Compañías y en Avalúos y Catastros del Municipio. Es que toca...

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