Solo basta nombrar la palabra techo para que aflore, inmediatamente, la imagen de una cubierta repleta de las tradicionales tejas rojas, hechas con la arcilla propia de cada pueblo.
Las cubiertas de teja son un imán estético. Y aunque ha aparecido en el mercado una gran variedad de tejas (asfálticas, de concreto, de metal…), las clásicas de arcilla no dejan de tener su público cautivo.
No obstante, los sistemas tradicionales de colocación tienen algunos problemas, especialmente con la humedad y las roturas de las tejas, que pueden desenfocar en goteras que dañan el tumbado y otros ambientes interiores de la vivienda.
Los constructores previenen esta anomalía impermeabilizando el techo, explica Xavier Flores, experto en el tema.
Cuando la construcción es de bloque o ladrillo, con estructura de hormigón armado, continúa el ingeniero Robinson Galarza, de Galarza Constructores, lo primero que se realiza es el armazón con vigas de madera.
Luego, sigue Flores, se procede al entablado del techo. Este se ejecuta con duela o media duela, ya sea de chanul, eucalipto o colorado, las maderas más usadas en el medio.
Entonces, explica Galarza, es el momento de colocar el material impermeabilizante.
El Ing. Óscar Naranjo utiliza Techofield 2000, de Chova, el mismo que se fusiona al techo con polibrea al fuego.
Estas láminas tienen asfalto con refuerzos de fibra de vidrio y polietileno termofusible en ambas caras. Son láminas de 15 metros de longitud, que se instalan siempre desde la parte más baja de la cubierta hasta llegar a la parte más alta: el cumbrero.
Para las esquinas y las uniones difíciles, dice Naranjo, se utiliza un material como el Asfalum.
El proceso de colocación de una lámina asfáltica es sencillo.
Una vez que está colocado el techo de madera, se realiza el ‘timbrado’, que es la señalización para el pegado de la lámina según las dimensiones.
Luego se coloca la lámina mediante calor, con un soplete. Una vez colocado el Techofield, continúa Naranjo, se colocan las tuberías del sistema eléctrico. Algunos constructores ponen luego alfajías y luego las tiras; otros, como Naranjo, ponen directamente las tiras de madera sobre la lámina y, encima, las tejas.
Las tiras se ponen a 8 cm una de otra, la distancia adecuada para sostener a las tejas en cualquier pendiente (ángulo que tiene la cubierta con respecto a la horizontal). El traslapo, por lo general, es de 10 a 15 cm y la distancia entre la teja y la chova es de 3 cm.
Las laminas de Techofield se expenden a 6,20 USD/m² (instalación incluida).