Los tonos ocres o tierras se combinan muy bien con elementos blancos o coloridos. Foto: Cortesía Pintulac
En estas épocas de espacios reducidos y ambientes estrechos, la simplicidad es el eje del diseño. Se impusieron las líneas rectas, las formas sencillas y los colores neutros.
Bajo estas condiciones espaciales y cromáticas, explica Diana Orbe, el blanco sigue siendo esencial. Es un tono neutro que ayuda a que los espacios se agranden y sean más luminosos. No obstante, no hay impedimento para que los colores fuertes como naranjas, verdes limón o rojos formen parte de la composición.
Es más, explica el Arq. Jorge Bailón, estos pigmentos ponen el toque de alegría y dinamia, ya que el blanco en demasía suele ser monótono y monocromático.
Pero el blanco no reina en solitario. Ocres, pasteles y grises también reclaman presencia, explica Orbe, arquitecta de Pintulac, una empresa que ha incorporado varias escalas de esos tonos en su menú de pinturas.
Los tierra van muy bien en espacios donde se desea crear un espacio armónico, tranquilo, lo cual es muy útil en el área social de la casa, ya que facilita la comunicación, recalca Orbe.
Sin embargo, puntualiza Bailón, los rojizos adicionan elegancia y estilo a las estancias. Es más, el marsala fue elegido como color del año por la multinacional Pantene, que dicta la moda en materia cromática.
Podemos usar el blanco para dar la sensación de amplitud y, con un poco de creatividad, colocar tonos rojizos en ciertas zonas o paredes. Esto creará un acento de color que dará carácter a la estancia, puntualiza Orbe.
De hecho, los tonos de escalas frías, como los grises, generan un aspecto sofisticado. Cuando los tonos grises son claros y se acercan al blanco pueden redefinir la personalidad de un ambiente, dándole un aire fresco, amplio y refinado.
Los nuevos neutrales, que presenta Pintulac, son conocidos como ‘colores complejos’ y consisten en versiones suaves, mates y ligeras de un color. Llevan el nombre de complejos porque se requiere de varios tonos para elaborarlos. Un ejemplo: empezar con un verde, añadir una pizca de rojo y amarillo, un toque de blanco y otro de negro y se obtiene un verde oliva ligero, con subtonos fríos.