La Cofradía es un nuevo conjunto residencial levantado en el extremo suroccidental de la capital lojana, en el sector Daniel Álvarez Burneo, junto a la avenida de Integración Barrial.
El proyecto de la inmobiliaria Ático cuenta con 28 viviendas de dos plantas. Cada unidad tiene 125 m² de construcción y cuesta USD 50 000.
Su ubicación permite una vista panorámica de parte de la urbe. Además, cuenta con servicio de transporte público permanente.
El proyecto está ejecutado sobre un área de 8 700 m². Las calles ocupan 2 000 m² y están adoquinadas con bloques de hormigón. Otros 600 m² están dedi-cados al acceso, al baño, al cuar-to de estudio y a la puerta principal de ingreso.
Para ingresar a la segunda planta existe una grada interna de hormigón armado y con acabados de parqué de guayacán. Los pasamanos son de hierro forjado. En el piso alto existen tres habitaciones y dos baños. Los pisos de los dormitorios son de parqué y el cielo raso de estuco. Los clósets y puertas están hechos en madera maciza laqueada.
La estructura principal de las viviendas es de hormigón armado y resistente a los sismos. Los techos son de fibrocemento y las ventanas de aluminio y vidrio.
Para su constructor, Patricio Cárdenas, la bondad de su propuesta de vivienda es su precio cómodo. El m² de construcción de una casa del conjunto residencial La Cofradía cuesta USD 400, cuando el promedio en la capital lojana para proyectos de su rango es de USD 600.
Para negociar rápidamente sus casas, Cárdenas optó por ofrecer financiamiento a corto y largo plazos. Para financiar a largo plazo el cliente debe dar una entrada por el 30% del valor total de la casa. El saldo con préstamo de entidades financieras como Banco de Loja, Mutualista Pichincha, Banco Pichincha. Actualmente, estas ofrecen créditos con tasas que van del 11,3 al 11,5% de in-terés anual.
Para financiar la compra a corto plazo también se necesita una cuota inicial equivalente al 30% del valor de la vivienda. Para cubrir el saldo, Ático ofrece un crédito directo para dos años de plazo, con intereses que rigen para el sistema financiero. Las cuotas se establecen de acuerdo con la facilidad de pago del cliente. Según Cárdenas, la mayor parte de sus clientes que hasta la actualidad accedieron a sus casas optaron por este financiamiento.
Esa flexibilidad de pago fue para Martha Piedra lo más importante. Esta lojana financió, desde España, la compra de su casa con USD 18 000 de entrada. Producto de su trabajo y el de su esposo en el exterior, cada mes enviaba un abono de USD 1 000.
Hace ocho meses terminó de pagar la vivienda y ya cuenta con sus escrituras. Ella retornó a Loja y ya habita en su nueva morada, en la que se siente a gusto.