El cambio climático es una realidad comprobada y, lo peor, ya está aquí. Sus efectos se empiezan a sentir en todos los órdenes y afectarán, como no, a todas las actividades del ser humano, incluidas la arquitectura y la construcción.
¿Qué hacer en estos casos? Pues, adaptarnos o morir.
Algunos arquitectos ambientalistas, como el paraguayo Solano Benítez, quien fue una de las estrellas de la reciente Bienal de Arquitectura de Quito, impulsan la renovación en la forma de construir, debido a los problemas que ocasiona el cambio climático.
El primer consejo que da Solano es redimensionar los canales de desagüe. Para él, la forma del cálculo del drenaje de las aguas lluvia debe tomarse al doble o al triple, ya que los aguaceros de hoy son más copiosos.
En consecuencia, en pocos minutos se producen desbordes que arruinan paredes y pisos. Se deben redimensionar, asimismo, los caños de los bajantes.
Pocos constructores evalúan que los materiales se dilatan y contraen, absorben agua y luego el sol abrasador los seca de golpe, lo que se traduce en grietas, rajaduras, fisuras y otros problemas de esa índole.
Empresas como Chova, Sika, Aditec y otras trabajan en encontrar productos que solucionen estos inconvenientes. Falta aplicarlos.