En los últimos años, los diseñadores estandarizan muchos elementos componentes de los inmuebles, buscando una reducción en los tiempos y en los costos.
Este proceso, dice Javier Cordero, gerente técnico de Estrusa, permite la optimización de materiales y procesos productivos, incrementando el rendimiento.
Por eso, es importante que el sistema constructivo deje los espacios para las ventanas y las puertas a la medida definida en los planos; en caso contrario cada unidad habitacional se levantará como en el sistema constructivo tradicional, en el que se depende de la experiencia de los maestros para dejar a medida, escuadra y nivel los boquetes en la pared.
Cordero añade que, por los bruscos cambios climáticos de los últimos años, las ventanas se convierten en elementos protagonistas de toda construcción. Deben cumplir diversas funciones de protección, tales como filtrar la radiación solar; también deben soportar las condiciones provocadas por la falta de lluvia o el exceso de esta; deben resistir los fuertes vientos que golpean las fachadas e impedir el ingreso de agua al interior de la construcción.
Por eso es importante saber elegir el tipo de ventanería que se va a instalar en una casa. “En el país se comercializan ventanas de varios materiales, destacándose la madera y el hierro forjado, además del aluminio y el PVC”, dice el arquitecto Jaime Flores.
El aluminio es uno de los materiales más utilizados para las ventanas, ya que es muy liviano, fuerte y rígido a altas y bajas temperaturas. Además, posee propiedades antioxidantes y es muy resistente al paso del tiempo.
Su instalación es sencilla y rápida. “Es un material fácil de limpiar, puede colocarse en interiores y en exteriores debido a que resiste bien a la intemperie, y podemos encontrarlo en el mercado local en varios colores”.
Según el ingeniero Jaime Velasteguí, las ventanas de madera son las que poseen un mayor valor decorativo, elegancia y combinan perfectamente con varios estilos de decoración, como el rústico. “Entre sus ventajas, la madera permite que las paredes transpiren desde el interior hacia el exterior, y además son muy aislantes de las bajas temperaturas”.
Las ventanas de PVC están hechas de policloruro de vinilo rígido, y contienen espacios huecos en el interior, lo que las hace resistentes a la condensación y a la pérdida de calor. Este es el material con mayor poder de aislamiento (tanto del calor como del frío) y el más resistente.
Además, añade Velasteguí, no se deteriora con el paso del tiempo y su mantenimiento y limpieza son sencillos. Es un aislante también del ruido, resiste los impactos, no se oxida, y además su precio es bajo y accesible.
El buen funcionamiento y la vida útil de un sistema de ventana que se haya diseñado con todos los perfiles y accesorios, dependen en gran medida de que en los procesos de fabricación e instalación se hayan utilizado todos los componentes correctos.