A raíz de la Revolución Industrial, el diseño de las ciudades cambió radicalmente. Los centros urbanos comenzaron a crecer de manera desmedida e, incluso, desordenada.
En ellos se crearon grandes fábricas de producción en serie, que requirieron de cientos de obreros. Estos tuvieron que asentarse en lugares próximos a sus centros de trabajo, por lo cual se construyeron viviendas que, en muchos casos, ni siquiera contaban con las habitaciones mínimas ni los servicios básicos. Y se inició un proceso de tugurización.
Así también fue necesario el establecimiento de zonas comerciales, centros educativos y de esparcimiento.
Las nuevas corrientes empujaron la vivienda hacia las periferias Y dejaron los centros llenos de conventillos y tugurios. Los esfuerzos para recuperar estos centros en ciudades como Quito y Guayaquil son meritorios. Pero incompletos.
Hay problemas que siguen siendo un lastre. La inseguridad es uno de ellos. Aunque se han habilitado lugares tan atractivos como Las Peñas en Guayaquil o La Ronda en Quito, ingresar y salir de ellos es peligroso.
Otro problema es la mala utilización de los espacios públicos pensados para ser centros populares. La avenida 24 de Mayo es el ejemplo más fiel. ¿La ha visitado últimamente? ¿Qué le parece?